(Nicasio Uranio)
Nadie está solo porque quiere
¿Paso y quiero?
De la observación de distintas
especies animales, surge que alternan
su tiempo entre actividades solitarias
y comunitarias.
Dentro de cada una, algunos individuos
se muestran más activos que otros. Pero
todos son sociales, en distintas condiciones.
Aunque ninguno tanto como nosotros:
Hay que destacar que los animales no
conocen demasiadas actividades. Las que
los ocupan están mayormente vinculadas
a necesidades biológicas: metabolismo y
reproducción.
(Son muy pocos los que se reproducen solos,
sin involucrar a nadie, en soledad)
Fuera de esas demandas naturales, los
animales suelen invertir bastante tiempo
en el ocio y el juego. Algunos cantan, lo
que no es muy distinto.
Pero no conocen los cantos al trabajo, si
bien hay especies socialmente organizadas
y laboriosas que practican, incluso, la
división del trabajo:
Su evolución luce estancada, por no haber
podido desarrollar el sentido de propiedad,
conquista indispensable para acceder a la
acumulación primaria: condición necesaria
para producir el salto cualitativo que expresa
y determina la evolución.
Ellos saben estar solos cuando les place,
y buscar compañía si lo desean. Pero sus
deseos son primarios, como sus goces
banales y a veces toman malas decisiones.
No conocen el valor de su trabajo
porque carecen de valores. Su organización
social y productiva, les sirve para sostenerse
y conservarse nada más: No saben invertir
ni agregar valor.
Nuestros consejos y asesoramiento no les
sirve de nada. Los animales están solos, y
no podemos hacer mucho, más allá de la
empatía que puedan generarnos:
Ellos no generan demasiado, no parecen
progresar ni desearlo. Viven así, sin metas
ni ambiciones y abandonarían este mundo
tal como lo encontraron, si no fuera por
nosotros que aspiramos a otra cosa.
Son incapaces de amortizar siquiera
el costo de la vida.
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