miércoles, 31 de julio de 2024

Valores renovables

 

(Aparicio Custom)

 

Un adjetivo como éste

podría cambiarle la vida

a tu vecino.


Cada vez hay más vecinos,

se avecinan tiempos difíciles

y complicados para adjetivos

y vecindades.


Nuestros mejores adjetivos

pierden eficacia y consistencia

en el tiempo, hasta los más

competentes y valiosos.


Nadie se imagina cuán distinta

sería la vida sin adjetivos, en

especial la nuestra.


Sabemos que los adjetivos

nos hacen más humanos, lo que

los vuelve cada vez más necesarios

en estas épocas de valores digitales

y artificios tecnológicos altamente

calificables.


Completada su vida útil, los adjetivos

siguen circulando, ya sin el mismo

valor y presencia que tuvieron:


Nadie confía mucho en ellos, por eso

deben ser renovados o reformulados,

como siempre ocurrió, hasta ahora

con bastante éxito.


Confiamos y creemos en ellos, en su

función revitalizadora. Sabemos que

nuestro éxito depende de adjetivos

nobles, seguros y confiables como

nuestro adjetivo posesivo.


Un sujeto desprovisto de adjetivos

es como un hombre sin atributos.


martes, 30 de julio de 2024

¿Ritmo o silencio?

 

(Asensio Escalante)

 

No pregunto cuántos son

los sonidos que le sobran

a mi ritmo.


Preguntar no es buena inversión

para esta función y el signo de

pregunta no suma a la inversión

rítmica presente o presunta:


Su sonido nulo no agrega valor

al resto del compuesto.


No pregunto cuántos son

ni cuánto es lo que le falta

para llegar a tiempo y conformarse

en ritmo.


En la zozobra todo vale y sirve

al unísono, al solo efecto

de completar la unidad faltante:


El ritmo de la descomposición

mancomunada, hace lo propio

con lo ajeno:


Éramos extraños hace poco,

apenas unos milenios.


Ahora el ritmo nos unió sin preguntar

¿Cuántos eran los objetos del sentido?




lunes, 29 de julio de 2024

Los albores del valor

 

(Encarnación Segura)

 

No había otros valores

en los albores del valor.


No había ningún valor

apreciable en los albores.


Árboles había de sobra, pero

su sombra no cobijaba otro

valor que las propiedades

de una sombra vacante y sin 

objeto.


A la luz de la falta de valores

los árboles hacían su agosto:


se elevaban y expandían 

sin control ni sentido, compartiendo

su verticalidad con los pájaros

que los habitaban y anidaban sin

escalas.


Podían pasar de uno a otro árbol

sin costo adicional: Iban y venían,

cantaban y crecían en los albores,

alborotando sin ningún sentido y

sin acusar la falta de valor.


Animales sin alas se aventuraban

y trepaban, sólo por el gusto de ganar

altura y conocer el éxito de la aventura.


Pero desconocían el valor de ascender

y trepar hacia lo alto de uno mismo, así

como la movilidad social.


Luego bajaban como si nada, para seguir

acumulando experiencias desprovistas

de valor.


II

En los albores, el cielo y las estrellas

estaban unidos a la tierra como parte

de la vida:   el horizonte era uno y el mismo

para todos los mortales y el mundo florecía 

por doquier, según las estaciones que nadie 

valoraba por desconocimiento.


La Naturaleza era pródiga en fragancias,

texturas, sabores, colores y sonidos,

que no tenían ningún sentido por la falta

de valor.


Animales de toda especie, más y menos

útiles, gozaban de la abundancia natural,

crecían, jugaban, se apareaban sin

conocer mayor necesidad:


Había alimento para todos, bastaba ir y

tomarlo, no costaba casi nada.


Sin el costo del esfuerzo personal por

satisfacer sus necesidades, no valoraban

la abundancia como tampoco la escasez,

no valoraban nada.


Es cierto que algunos se comían a otros,

nadie es culpable de lo que necesita, y

tampoco conocían la culpa, ya que no

tenían valores: no distinguían el bien

del mal.


III

Los más fuertes y temibles ejercían cierto

dominio ante el resto, que les temía y

respetaba, pero no tenían conciencia del

valor de la dominación, ni sabían cómo

aprovechar ese poder para expandirlo.


Ni los más dotados y lúcidos tenían

conciencia de la necesidad del valor

para acceder al verdadero sentido

de la vida:


Para ellos, la vida no tenía ningún valor.

Al no haber valores que respetar, sólo se

respetaba la fuerza, por temor a su poder

(Respeto y temor suelen andar juntos)


Lo peor: No había forma de controlar

la violencia.



En los albores, los árboles morían de viejos

sin conocer su valor: No había quien los

derribara para convertirlos en valores

y agregarles más valor.


Había bastantes animales que reptaban,

trepaban, se encaramaban y se aprovisionaban

de sus frutos, para luego volver a la tierra

y continuar sus existencias infructuosas,

ajenas a toda escala de valores e indiferentes

a la cadena de valor.


Fue necesario que apareciera un mono

con capacidades diferentes y aspiraciones

más elevadas, que ya erecto sobre sus

patas traseras, iluminara el caos de los

albores y organizara el mundo para darle

sentido y ponerlo en valor.


¿Se escuchan ofertas?


domingo, 28 de julio de 2024

La tiranía de los metabolismos sesgados

 

(Emeterio Askman)

 

Un ave desconocida se posó

en mi ventana.

Parecía no tener futuro, pero

hablaba (no son condiciones

incompatibles)


-No me busques en tu navegador,

no me vas a encontrar ahí, ni en

otra parte, no estoy clasificado ni

pertenezco a un orden específico.


-Mal hecho, hay que pertenecer, le

aconsejé. ¿Te sentís un bicho raro?


-No, apenas un animal anómalo. Soy

carnívoro como vos, pero sólo como

animales extintos.


-Es complicado, eso…


-Sí, pero no tanto, gracias a ustedes

siempre aparece una oportunidad, todos

los días se extingue alguno.


-Entonces tienen futuro ¿Cuántos son?


-No sabemos, mejor dicho, no sé; yo

ando bastante solo.


-Entonces sí que no tenés futuro ¿Cómo

pensás reproducirte?


-No me preocupa eso, la naturaleza siempre

se las arregla para reproducir todo, hasta lo

peor.

 

-Sí, pero tampoco se puede dejar librado el

futuro al azar del Orden Natural…


-¿Qué futuro?  El mío está asociado a ustedes,

que trabajan a conciencia por la extinción.

Somos pocos los que apreciamos lo que hacen,

y muy pocos los que los necesitamos. Pero

algún día ésto se acabará… ¿Qué haremos sin

ustedes?


-¿Cuántos son?


-No sé, sólo hablo por mi.


sábado, 27 de julio de 2024

La evolución del intercambio

 

(Horacio Ruminal)

 

La necesidad de intercambio

cambia nuestras necesidades.


Siempre fuimos producto

del intercambio: Fue necesario

adaptarse a sucesivos cambios

para mantener un intercambio

fluido.


La mayor parte de los cambios

que incorporamos, son ajenos a

la propia voluntad; lo que hace

necesaria la adaptación.


Como producto del intercambio

estamos bien adaptados, somos

dados a aceptar e incorporar ese

fluido cambiante, a cambio de

acceder a las nuevas necesidades

que produce el intercambio.


En condiciones normales,todo el tiempo

incorporamos y descaramos partes

de la realidad, en continuo fluir.


La selección de lo útil, impulsa

el movimiento de los cuerpos afectados

al intercambio productivo, produciendo

diversas formas de evolución:


La experiencia intercambiable acumulada

nos enseña a elegir la más útil. Sólo así

logramos ser funcionales a la evolución

y mantener un intercambio fluido:


Lo único necesario para seguir funcionando,

a la espera que mejoren las condiciones del

intercambio.


Ese es nuestro negocio:

Es necesario aceptar que sin necesidad

no hay negocio, y sin intercambio no

hay vida: este producto.


La vida útil es una categoría superior

a la que sólo acceden los seres

más evolucionados de la biomasa:


Organismos altamente organizados

que proceden del intercambio

y producen necesidades.


viernes, 26 de julio de 2024

Colecciones que pueden sobrevivirnos

 

(Luis Espéculo)

 

En una cajita guardaba los dientes

de mi hijo, esos pequeñitos, llamados

dientes de leche.


(No es que estén hechos de leche, se

los nombra así porque aparecen

durante la lactancia; luego se pierden)


No sé si él querrá conservarlos, pero

a mi me gustaba tenerlos ahí, como un

recuerdo. Tal vez alguno se perdió

al caer y no pudo ser recuperado, pero

son un buen número.


Después, empecé a agregar los míos,

menos vistosos y perfectos, más toscos,

grandes y trabajados por el tiempo:


Estaban separados; en una bolsita los

de él y en otra los míos.


La suya quedó ahí, estancada en un número,

pero la mía fue creciendo en el tiempo. No

los conté, pero creo que lo voy a alcanzar,

si es que no lo superé.


¿No es un buen ejemplo de la evolución?


Declaración jurada

 

(Carlos Inquilino)

 

-Ud. ha sido reconocido como único testigo.

¿Jura decir sólo la verdad?


-No se puede decir sólo la verdad, pero si

hay que jurar, juro. Se jura cada cosa…


-¿Qué recuerda haber visto esa noche?


-Lo recuerdo todo, pero no voy a decir nada.


-¿Se niega a testimoniar?


-Tengo mis principios.


-Los principios son una parte del pasado,

algo que ya ha sido superado.


-Yo todavía tengo.


-Todos tenemos pasado, eso no importa. Sepa

que olvidar lo malo también es tener memoria.


-Tengo principios…


-Eso complica su situación, sólo los sospechosos

tienen compromisos con el pasado. ¿Se reconoce

comprometido?


-¿Qué cambiaría eso? No tengo nada por reconocer,

y si lo tuviera no sé si lo reconocería.


jueves, 25 de julio de 2024

Manipulite

 

(Serafín Cuesta)

 

Somos funcionales a la manipulación

en sus distintas expresiones y acepciones.


Todos disponemos de aptitudes

para manipular y ser manipulados

con algún resultado.


La experiencia acumulada a lo largo

de la Historia, indica que siempre funcionó.


No parece excesivo aventurar

que acaso sea esa nuestra función primordial

y la que nos elevó por sobre el orden natural.


La aptitud manipulatoria, nace y se desarrolla

junto a la erección: Al asumir la verticalidad

como inversión, el hombre libera sus miembros

superiores de la función motriz, y descubre

sus manos.


Este hombre incipiente, antropoide todavía

sin palabras ni conciencia, comienza a afirmarse

sobre sus pies y a conocer las oportunidades

que tiene en sus manos:


Arroja la primera piedra.



II

La adaptación es un proceso largo

y trabajoso, lleva milenios y se consolida

con cada generación.


No se sabe cuántas son; según algunos estudios,

todavía está en curso. Nos estamos adaptando

con bastante éxito:


Desarrollamos todo tipo de manufacturas, hemos

hecho grandes obras, inventamos el trabajo, las

fuerzas productivas, la división del trabajo, las

fuerzas vivas y la vida útil, entre otras conquistas,

todas vinculadas a la manipulación.


A partir de nuestras primeras manufacturas, fuimos

aprendiendo a maniobrar, acumulando experiencia

en manipular todo tipo de objetos con propiedad.


En cierto momento histórico, la evolución produjo

un salto cualitativo: la función se expandió y

progresó; así como los objetos, vimos que también

era posible manipular sujetos, por medio del recurso

de la palabra.


III

Y vimos que era bueno: funcionaba.


Hoy, la palabra es el principal recurso disponible

para el desarrollo de la manipulación productiva,

tanto como de nuestro capital cognitivo.


Ignoramos hacia donde nos llevará la evolución,

pero creemos que de la mano de la Inteligencia

Artificial y de la manipulación asistida. El futuro

está en nuestras manos y sus extensiones:


En otras palabras, en los recursos retóricos

y sus nuevos diseños, cada vez más adaptables

y eficaces.


La evolución, no deja de producir nuevos sentidos

a la vez que optimiza todos nuestros recursos 

de modo sustentable y soberano:


Si hay algo que no podemos negociar, eso es 

la manipulación, que nos ha dado tanto.


miércoles, 24 de julio de 2024

Teología de la oportunidad

 

(Aparicio Custom)

 

Las oportunidades son interesantes,

incluso como hecho filosófico:


Desde que el hombre aprendió a pensar

siempre pensó en el tiempo. Todo el

conocimiento humano, es un intento de

controlarlo y dominar la historia, su hija

pródiga.


El tiempo, ese concepto, condiciona la vida

y limita las aspiraciones del conquistador.


Antes de que el hombre se incorporara

a la Tierra, y comenzara a desplegar sus

habilidades para conquistarla y apropiarse

de todo, no existía la oportunidad.


Fue necesario que el hombre la inventara;

su multiplicación y expansión, sólo era

cuestión de tiempo, otra creación humana,

-acaso la mayor- que nos permite aprovechar

las oportunidades y ganar tiempo.


La dinámica es bastante sencilla:

Las oportunidades van y vienen, como el aire,

como los cuerpos que nacen, se reproducen y

mueren para dejar lugar a otros.


Cada cuerpo en circulación puede emitir

o generar oportunidades para otros,

e incluso para sí mismo, si sabe aprovechar

sus recursos.


Aprovechalo antes de que sea tarde:

tu cuerpo es una oportunidad, aunque

ni uno ni otra duran demasiado.


La igualdad de oportunidades es una entelequia:

Nunca fuimos iguales desde que existen

las oportunidades.


La igualdad no luce muy interesante:

No ofrece mayores oportunidades.


lunes, 22 de julio de 2024

Flaquezas

 

(Abel A. Borda)

 

Flaqueaba por uno de mis flancos;

ha de ser mi lado flaco:


Todos tenemos uno, aunque pocos

lo reconocen; es preferible ocultarlo.


No es bien visto mostrar las propias

flaquezas a terceros. Ellos tendrán

las suyas, también, pero se guardan

de exhibirlas:


Compartimos que no todo se puede

compartir: Cada uno debe hacerse

cargo de sus debilidades, sin hacer

ostentación.


Nadie espera nada de los débiles,

se los tolera mientras no molesten

ni alteren el orden, pueden circular

como todo el mundo.


Todo el mundo tiene su lado flaco,

no es para enorgullecerse. Hay que

saber convivir con eso y mantener

la dignidad.


Yo observé que vacilaba y ofrecía

un flanco débil, pero por suerte ya

pasó y nadie lo notó: 


 estaba solo y lo corregí. 


domingo, 21 de julio de 2024

Cruces

 

(Cósimo Stancatto)

 

Un cruce de miradas.

Un cruce de piernas.

Otro cruce de miradas.


Alguien se santigua

al cruzar la avenida.

Un ave solitaria cruza el cielo

como si tuviera un destino.


Las miradas se cruzan

como las piernas

y las avenidas.


La vida está llena de cruces

peligrosos, la mayor parte

se olvida.


Las aves van y vienen

como si hubiera un destino.


No respetan su carril, ni

dirigen su mirada a nuestros

cruces de miembros inoportunos.


El instinto del ojo

siempre busca la entrepierna.


sábado, 20 de julio de 2024

No son

 

(Carlos Inquilino)

 

Tus heces no son tus heces,

son heces de la vida:


Antes de ser heces eran vida,

vegetal o animal que no aspiraba

a convertirse en hez.


Son cosas de la vida, ellos también

producían sus propias heces,

parecidas a las tuyas.


Compartimos este mundo

con otras heces,

cada una tiene su historia:


La historia la hacemos entre todos.


El volumen de nuestras heces

no para de crecer, desde hace miles

de años acompaña nuestro crecimiento

sostenido.


No son mejores que otras, la evolución

de su volumen responde a la eficacia

de un metabolismo superior:


Somos capaces de metabolizar casi todo

y convertirlo en heces con éxito.


Pero el hecho de que otros vegetales

y animales hayan pasado por tu cuerpo,

no abona el sentimiento de propiedad:


Tus heces no son tan tuyas

ni son lo que parecen:


Expresan un segmento o un pasaje

de tu vida, pero contienen otras.


¿Cuántas vidas pasaron por tu vida?


Tus heces no son tus heces,

nadie es lo que parece.


viernes, 19 de julio de 2024

Organizaciones avanzadas

 

(Emeterio Askman)

 

Defequé con fe

y en menos de lo que tarda

en anidar una avutarda

organicé mi día


según las prioridades propias

y adquiridas.


No importa que no vuele,

igual anida, y para hacerlo

primero debe hacer un nido:


Lo primero es establecer prioridades.

La producción de un nido de avutarda

ha de llevar su tiempo, es un ave

de buen porte.


No sé cuánto tarda, aunque descuento

que defeca varias veces durante

su trabajo, como todo ave:


La emisión y la producción, están

íntimamente vinculadas; son casi

lo mismo.


No sólo nosotros hacemos varias cosas

a la vez: No sé cuántas deposiciones

produce un avutarda por jornada, ni

cuántas mientras edifica el nido:


Hay muchas cosas que ignoro,

aunque eso no me impide organizar

el día, fijar mis prioridades.


Lo primero es defecar como Dios manda

a toda criatura más o menos organizada,

y alimentar la fe.


No sé cuánto se tarda, con su nido

la avutarda: ella sabrá, los animales

saben lo que hacen, producen lo que

necesitan, se organizan y defecan,

a imagen semejanza.


En el mundo orgánico, todos abonamos

alguna forma de organización.


Nosotros, los más organizados del mundo,

incorporamos la fe y supimos invertir

el tiempo, para organizarnos cada vez mejor.

Si fueran más inteligentes, los animales

nos envidiarían bastante más.


Organiza tu día, antes que sea tarde.

Yo ya lo hice y defequé, no me arrepiento:

Hice lo que había que hacer.

Sólo la organización vence al tiempo.




jueves, 18 de julio de 2024

La prueba del gusano

 

(Serafín Cuesta)

 

Encontré un poema agusanado.

Pasada la primera impresión,

de rechazo, observé que podía

ser un signo positivo:


Que los gusanos mostraran interés

significaba que había vida,

o al menos había habido algo vivo

en el poema:


Es difícil que estos organismos

se sientan atraídos por algo no

orgánico, aunque sea sólo materia

muerta.


Me hubiera gustado ser gusano

en ese momento, para comunicarme

con ellos y saber si les había gustado

mi poema.


No sé cuan comunicativos puedan

ser estos pequeños parientes.


Lo que nos distingue del gusano

es que él no puede agusanarse.


Lucían saludables, pero me quedó

la duda: ¿Podría atraer a gusanos

sanos un poema como ese?


miércoles, 17 de julio de 2024

Reparación parcial de la pérdida

 

(Tomás Lovano)

 

Este poema es parte de otro

más extenso, que se perdió.


Siempre se puede rescatar

algo de lo que se pierde,

en el peor de los casos la

experiencia de la pérdida.


No es poco: el mundo está

lleno de objetos y sujetos

que se pierden.


Entre nosotros, los perdedores

siempre fueron mayoría.


La experiencia ha de tener su valor,

con el tiempo será reconocido, es

de esperar.


Todo valor es parte de otro, lo que

conforma un volumen creciente

de experiencia acumulada,


de diverso valor, que se agrega

en función del tiempo.


El tiempo es una variable

que admite distintos valores

y permite establecer el volumen

de la pérdida y la ganancia.


Sabemos que la pérdida es tan

irremisible como inexorable:

No es poco.


Casi siempre se rescata algo

de lo que se pierde.


II

Este poema es parte de otro,

de mayor volumen que se perdió.


Es natural que se pierdan los poemas:

En la naturaleza, nada se pierde del

todo; siempre se aprovecha algo

para convertirlo en algo.


Pero los poemas no son parte del

Orden Natural, sino objeto de la

producción artificial, algo propio

y exclusivo de nosotros.


La experiencia acumulada, esencial

como recurso evolutivo, nos instruye

sobre el valor del crecimiento, de la

agregación y de la utilidad de la

reducción:


Reduciendo costos, aumentan las ganancias.


Este poema es parte de otro que se perdió:

La experiencia obtenida, indica que éste

también podría perderse:


No habría mucho que lamentar.

Lo seguro, es que al ser de menor volumen,

será también menor el volumen de la

pérdida: algo prácticamente descartable.


(Si hubiera tenido esta experiencia, podría

haber evitado aquel poema tan voluminoso

que se perdió, al que éste pertenece)



martes, 16 de julio de 2024

Balada

 

(Florencio Cusenier)

 

-Dicen que Ud. le compuso una balada

a un jugador…


-Sí, es una balada baladí, sin mayores

pretensiones.


-Supongo que es un reconocimiento a

nuestra selección, por tantas alegrías.


-Sí, en parte.


-Claro, todo jugador es una parte, lo

importante es el equipo, que tiren todos

para el mismo lado más allá de las figuras.

¿Y a qué jugador?


-A Dybala.


-Pero ese no estaba en el equipo…


-Precisamente, ahora no, pero supo estar

en otras ocasiones y creo que su ausencia

se sintió.


-¡Oiga, salieron campeones! ¿Qué más

se les puede pedir?


-No hay que aturdirse con el éxito, es un

accidente. Dybala le hubiera dado otro

volumen de juego. No hay que contentarse

con los resultados; hay otras formas de ganar.


-Bueno, acepto pero no comparto. Creo que

los que estuvieron cumplieron un buen papel

y se coronaron con justicia.


-Puede ser, no entiendo mucho de justicia.


-¿Y por qué recaló en Dybala, hay otros que

también quedaron afuera…


-Dybala es un jugador distinto.


-Sin embargo, su reconocimiento se traduce

en una balada baladí ¿No merecía más?


-No sé, no creo mucho en los merecimientos.

Si fuera por eso, todos mereceríamos otra cosa

tal vez. Yo pensé en Dybala e hice una balada

baladí, me salió así, aunque merezca algo mejor.


Nadie sabe lo que podría llegar a merecer...


Materiales de demolición

 

(Senecio Loserman)

 

Ayer tiramos la casa por la ventana.


-¿Y funcionó?


-Sí, esta vez sí.


-Ah, ¿Ya la habían tirado antes?


-Sí, pero no fue lo mismo, siempre queda

algo afuera y la acción no llega a completarse.

Uno aprende, y al repetir trata de evitar los

mismos errores.


-¿Esta vez no quedó nada afuera, la emisión

fue completa?


-No quiero vanagloriarme, pero entiendo que

sí…


-¿Podría repetirlo en el futuro?


-Sí, si lo repetimos va a ser en el futuro. Pero

no sé si va a ser posible, no quedó nada.


-¿Y la ventana?


-No, eso sí, extremamos los cuidados para

preservarla. Luce como nunca, mejoró la vista:

adquirió otro protagonismo y se valorizó.

 

Una ventana sin casa es otra cosa.


Un desdoblamiento oportuno

 

(Armando Labarrera)

 

Me desdoblé sin querer.

Ya está, todos tenemos

nuestros dobleces.


Es dable desdoblarse

una y otra vez.


No sé cuántas veces habrá

que desdoblarse, pero no

pienso doblegarme.


No está mal desdoblarse,

es una forma de reproducción:


Alguna vez, todo el mundo se

reproducía por división, y

funcionaba.


Claro, el mundo era otro, no

había sexo ni género que nos

permitieran dividirnos.


No sé si fue sin querer, un

desdoblamiento ocasional

no cambia mucho nada.


Sólo se trata de no perder el

control de todas nuestras mitades.



lunes, 15 de julio de 2024

Destinos extraordinarios

 

(Aparicio Custom)

 

Las dificultades

preparan a la gente común

para destinos extraordinarios.


Si eres gente común

y tienes dificultades para mantener

esa condición, deberías agradecerlo:


¿No es maravilloso saber

que tus dificultades son una

oportunidad para ser algo

extraordinario?


¿O preferirías la comodidad

de ese destino miserable?


Armonización en terceras descendentes

 

(Amílcar Ámbanos)

 

Todos los cuerpos descendemos,

porque esa es la ley primera:


Desde que el mundo es mundo

y se habilitó el descenso.


¿Todos los cuerpos proceden de

otros cuerpos?


La segunda:


No hace falta cobrar conciencia

para descender con éxito

y dejar descendencia.


Los mandatos biológicos, tanto los

naturales como los sobrenaturales,

son anteriores a la conciencia.


Tercera y última:


La conciencia no es indispensable

para pensar, ni para descender.


Y todo cuerpo procedente, o no,

puede ser tercerizado, sea

en beneficio propio o de terceros


Análisis

 

(Serafín Cuesta)

 

El análisis es una práctica común

entre organismos altamente desarrollados.


Frecuentamos análisis de sangre, de orina

y otros que podemos omitir.


Todo lo que emitimos es susceptible

de uno o más análisis. El análisis sintáctico

y analógico de la oración son parte de nuestra

educación basica.


Luego, analizamos poemas, discursos y obras

voluminosas, con distintos objetivos: Un mismo

objeto puede ser analizado bajo distintos fines y

parámetros.


Un hisopado de fauces brinda información

útil para determinar la presencia de algún

evento patológico en curso:


Un organismo es un sistema, provisto de otros

subsistemas. Todo sistema puede ser analizado

desde diversas prespectivas:


Hay analistas para todos los sistemas conocidos

y se estima que serán muchos más en el futuro.


Ahora, la evolución está encontrando nuevas pistas,

que se espera serán profundizadas, en el análisis

de baba humana:


En este fluido natural, conviven muchísimos

organismos microscópicos que podrían tener

algo que decirnos:


La información, siempre produjo evolución.

Tu baba podría contener alguna proteína útil.


domingo, 14 de julio de 2024

La vocación subalterna

 

(Florencio Cusenier)

 

Entre la primera persona

y la terecera, hay otro:

usted o vos lo saben,

aunque no queremos ser segundos

ni campeones morales:


El ganador es uno, igual a uno,

que pudo haber ganado pero perdió,

aunque haya sido segundo:


No tiene ningún valor este puesto,

ni en el éxito, ni en el fracaso.

El castigo al autor material y a quien

lo secundara, no difiere mucho.


Segundos afuera: Una segunda voz,

por más precisa y aún mejor ejecutada

que la primera, nunca será demasiado

valorada; está en un segundo plano y

tiene un valor subalterno.


Así funciona la armonía del mundo

humano, en el primer mundo como

en el tercero.


¿Y el otro?


Algo habrá hecho, dice la tercera persona.

O habrán, para ser más precisos.


¿O habremos?


No se sabe, sólo somos tres personas

en esta historia: Yo no hice nada.


En segundo lugar, alguien tiene que perder

para que haya un ganador: Todos tienen

que perder para que uno gane, siempre fue

así, y funcionó.


Así se arma la armonía, y funciona.

Se puede armonizar a más de dos y tres

voces, para que brille la primera. A las

otras nadie las registra por lo común.


Algunas voces se pierden en el armado

de la armonía, aunque son igualmente

necesarias:


Si gana la armonía, ganamos todos.


¿Vos no? ¿Usted tampoco?


Algo habrán hecho.


sábado, 13 de julio de 2024

El negocio de la dignidad

 

(Serafín Cuesta)

 

La dignidad termina

donde empieza la necesidad,

leo en una publicación de autoayuda

para alcanzar el éxito en cualquier

ámbito.


¿Tenia necesidad de leer eso?


No, pero la vida no es sólo eso

que llamamos necesidad: Si así fuera

no haríamos mucho de lo qu hacemos.


¿Tenía necesidad el que lo escribió?


No tengo esta respuesta, tampoco otras,

pero hay que procurar ser digno de lo

que se escribe. ¿O es al revés?


La dignidad es un valor cambiante,

como todos, en un mercado inestable.


¿A cuánto cotiza hoy la dignidad?


Ésta te la debo, pero no necesito saberlo

para conocer dónde empieza mi necesidad


¿O ya empezó?



viernes, 12 de julio de 2024

El lado oculto de la fe

 

(Amílcar Ámbanos)

 

¿En verdad cree en el pecado?


-Sí, soy un hombre de fe.


¿Tiene fe en el pecado?


-El pecado es capital para la fe:

Qué seríamos sin él…


¿Está seguro?


-¿Y qué es la seguridad? Sin el pecado,

ni existiría esa palabra. La seguridad

es hija del pecado, como nosotros.


Pensé que iba a decir nosotros, los

pecadores…


-Me pareció un pleonasmo, hay que ser

cuidadoso en el uso de la palabra, como

en todas las formas de pecar. Al menos

podemos evitar el vicio retórico.


Al menos contamos con un alma y una

conciencia para saber que pecamos y

conocer la culpa.


-Sí, le debemos mucho a la culpa, uno de

los beneficios de haber conquistado la

conciencia. Imagínese, sin la concurrencia

de la culpa seríamos capaces de cualquier

cosa…



Sí, eso lo entiendo. Pero me cuesta más

comprender la significación y el valor

que le asigna al pecado.


-Es sencillo. Todos sabemos pecar y nos

sabemos pecadores, pero ¿Qué sabemos

del pecado?


En principio, que es algo condenable…


-Bueno, depende de cómo quiera verlo,

esa es sólo una interpretación; hay otras.

En esencia, aceptamos que es un error,

un desvío ¿verdad?


Sí, hasta ahí sí.


-Y bien, ¿Cuál hubiera sido nuestro

desarrollo sin ese aporte? ¿Cuánto

hubiéramos aprendido sin errores y

desvíos?


Creo que nos estamos desviando…


-No, todo lo contrario: Los errores son

oportunidades de aprendizaje y crecimiento.

Del éxito no se aprende nada, sólo aprendemos

del fracaso.


¿Quiere decir que somos producto del ensayo

y el error?


-No sé, no quiero pecar de soberbio ni de

presuntuoso; soy consciente de mi ignorancia

y prefiero pecar de humilde. Pero piense

qué sería de nosotros sin toda esa experiencia

acumulativa, de errores, fracasos y desvíos

que hubo que superar. Estaríamos condenados

a repetir indefinidamente los mismos errores

del pasado, es decir: No habría pasado ni

futuro, sólo un presente repitiéndose sin

mayor sentido.


Reconozco que tiene alguna lógica, pero me

resulta extraña su fe…


-La fe siempre es extraña, es un misterio que

nos excede. Agradezcamos esta conciencia,

reconociendo las culpas en todo su valor,

como buenos pecadores y creyentes.



jueves, 11 de julio de 2024

Prédica y fracaso

 

(Encarnación Segura)

 

Siento que fracasé como predicador,

como predicando y como predicado,

Padre.


-Bueno, pero te queda el sujeto, hijo,

que es lo más importante. Predicar

es bastante dudoso como vocación,

el gerundio sólo cumple una función

provisional, mientras que los predicados

van y vienen.

Lo que importa es el sujeto, el único

valor que permanece, aunque fracases.


-A ese lo siento como un participio

pasado, Padre.


-Bueno, tranquilo, hijo, todo pasa.


miércoles, 10 de julio de 2024

Después despotricamos

 

(Tomás Lovano)

 

No despotriques porque sí,

no despotriques sin saber,

sin conocer todos los pliegues

de la realidad.


Todos tenemos derecho a despotricar

sobre todo, pero nadie nace sabiendo

ni conociendo sus derechos.


Es fácil despotricar sin saber, más

difícil es nacer despotricando:

Hay que aprender a controlar esfínteres

primero.


Después, para despotricar todos somos

mandados a hacer. Pero primero hay

que hacer los mandados: no despotriques

contra los mandados, alguien tiene que

hacerlos (Si todos nos dedicáramos a

despotricar, nadie haría nada)


Si es por despotricar, cualquiera despotrica

con todo derecho: Tiene razón.

No hace falta tener razón, ni buscar más

argumentos. Siempre hay motivos para

despotricar, no hay que buscar mucho.


Para el caso, despotricar con o sin razón

es lo mismo: Uno se saca las ganas y

nadie va a entrar en razón por oír despotricar

a otro, a sí mismo o a un tercero.


Yo me solidarizo con todos, no importa lo

despotricado, nos puede pasar a todos:

Al menos está gozando de su derecho.


Hasta me solidarizo con los que levantan

su voz contra de los que despotrican:

Están ejerciendo su derecho al goce

y a la libertad de expresión:


Es feo despotricar contra los derechos

del otro.


 


martes, 9 de julio de 2024

Primicia

 

(Asensio Escalante)

 

Ofrezco la primicia de este auspicio

como promesa libre de impurezas:

¿Mi ejercicio?

Yo sólo auspicio aspiraciones puras.


Decir no es más fácil que hacer, no niego.

Sabemos, nadie hace lo que dice.

No obstante, no se puede afirmar nada

(Tal vez lo haga en secreto, no se sabe)


No sé mucho, tal vez no lo merezca:

No hay oficio seguro, aunque parezca.

Creo en la evolución de la pureza

y ofrezco la pureza de este auspicio.


Soy menos claro que sincero:


Como promesa libre de impurezas,

yo sólo auspicio aspiraciones puras,

y es claro: son obscuras.


¿Quién dijo que lo puro ha de ser claro?


Por qué perdimos el buen gusto

 

(Elpidio Lamela)

 

El desgaste del gusto

también llega;  nos guste

o no, es una realidad.


Junto con el deterioro

de las funciones cognitivas

y la motricidad fina, notamos

que nuestros gustos ya no

son los mismos.


Casi todos los cambios ocurren

como algo natural; sabemos que

la vida es cambio.


Pero no todos significan un aumento

de calidad: El propio curso de los

sucesivos cambios también produce 

un deterioro natural, sin un

control consciente.


Así, un buen día descubrimos que

hemos perdido el buen gusto.


Entonces, comienzan las sospechas:

¿Era tan bueno? ¿O era algo que

merecía ser superado?


¿Cómo saber si fue un cambio superador

y soberano, o sólo una respuesta adaptativa

a condiciones del entorno?


¿Acaso tuve que descender y condescender

hacia el mal gusto para integrarme y ser

valorado como merecía?


¿Cómo arribar a una valoración justa?


Al cuestionar estos valores y profundizar

se multiplican las sospechas, vacilamos:

Sospechar demasiado es de mal gusto,

además de significar un desgaste inútil.


En ese punto sin retorno, se acaba aceptando

el propio gusto, ya deteriorado, que tampoco

es el mismo que nos despertó sospechas.

 

Si alguna vez gozamos de buen gusto

y supimos ser reconocidos,

ya no podemos ufanarnos.






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