(Horacio Ruminal)
La necesidad de intercambio
cambia nuestras necesidades.
Siempre fuimos producto
del intercambio: Fue necesario
adaptarse a sucesivos cambios
para mantener un intercambio
fluido.
La mayor parte de los cambios
que incorporamos, son ajenos a
la propia voluntad; lo que hace
necesaria la adaptación.
Como producto del intercambio
estamos bien adaptados, somos
dados a aceptar e incorporar ese
fluido cambiante, a cambio de
acceder a las nuevas necesidades
que produce el intercambio.
En condiciones normales,todo el tiempo
incorporamos y descaramos partes
de la realidad, en continuo fluir.
La selección de lo útil, impulsa
el movimiento de los cuerpos afectados
al intercambio productivo, produciendo
diversas formas de evolución:
La experiencia intercambiable acumulada
nos enseña a elegir la más útil. Sólo así
logramos ser funcionales a la evolución
y mantener un intercambio fluido:
Lo único necesario para seguir funcionando,
a la espera que mejoren las condiciones del
intercambio.
Ese es nuestro negocio:
Es necesario aceptar que sin necesidad
no hay negocio, y sin intercambio no
hay vida: este producto.
La vida útil es una categoría superior
a la que sólo acceden los seres
más evolucionados de la biomasa:
Organismos altamente organizados
que proceden del intercambio
y producen necesidades.
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