(Armando Labarrera)
Me desdoblé sin querer.
Ya está, todos tenemos
nuestros dobleces.
Es dable desdoblarse
una y otra vez.
No sé cuántas veces habrá
que desdoblarse, pero no
pienso doblegarme.
No está mal desdoblarse,
es una forma de reproducción:
Alguna vez, todo el mundo se
reproducía por división, y
funcionaba.
Claro, el mundo era otro, no
había sexo ni género que nos
permitieran dividirnos.
No sé si fue sin querer, un
desdoblamiento ocasional
no cambia mucho nada.
Sólo se trata de no perder el
control de todas nuestras mitades.
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