(Horacio Ruminal)
No sé por qué recordé aquel gomín
que le había prestado a un amigo
engominado.
Fue hace tantos años…
No lo volví a ver:
Tanto el gomín, como mi amigo
engominado son cosas del pasado.
Hoy, casi nadie usa gomina ni gomines.
El tiempo todo lo altera,
cambia los peinados, nos aleja de usos
y costumbres entrañables, de amigos
engominados y gomines empastados.
La verdad, más allá de la nostalgia, era
bastante odioso despegar ese gomín
pegoteado a la válvula, limpiarla y
dejarla en condiciones de recibir otro.
Los gomines van y vienen, un amigo
es para toda la vida; hubiera dicho
mi amigo engominado.
No sé si se sigue engominando,
si conservará al hábito, ni si aún
tiene algo engominable: El peinado
siempre fue algo opinable.
¿Seguirá pedaleando?
Yo no, pero al menos me quedó
el gomín empastado en la memoria.
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