(Serafín Cuesta)
No leas el poema
como si fuera un prospecto,
dice el prospecto del poema.
No leas el prospecto
como si fuera un poema,
dice el poema adjunto
a su prospecto.
¿Cuántos prospectos lee
un hombre comprometido con
su tiempo a lo largo de su vida?
Es difícil mantener un compromiso
como ese a lo largo de la vida.
Las vidas son más largas o más
cortas, al margen del compromiso
asumido con el tiempo.
Sólo el tiempo es el mismo:
No hay prospecto que indique cómo
administrarlo. Lo consumimos así,
sin saber.
Si leyéramos todos los prospectos
tal vez sabríamos más, pero no hay
mucho tiempo:
Nadie sensato dedicaría tanto tiempo
a la lectura de poemas y prospectos.
Mucho menos al prospecto del poema:
Eso explica que la mayoría de los
poemas vengan sin prospecto.
El prospecto, acaso tenga más futuro
que el poema.
El tiempo no tiene ningún compromiso,
o acaso tenga uno con sí mismo, como
cualquier poema con o sin prospecto.
(Nunca escribas la palabra poema
dentro del poema. Si fuera inevitable,
hacelo en el prospecto:
Es sabido que nadie los lee, como la
letra chica del poema)
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