(Carlos Inquilino)
Tus heces no son tus heces,
son heces de la vida:
Antes de ser heces eran vida,
vegetal o animal que no aspiraba
a convertirse en hez.
Son cosas de la vida, ellos también
producían sus propias heces,
parecidas a las tuyas.
Compartimos este mundo
con otras heces,
cada una tiene su historia:
La historia la hacemos entre todos.
El volumen de nuestras heces
no para de crecer, desde hace miles
de años acompaña nuestro crecimiento
sostenido.
No son mejores que otras, la evolución
de su volumen responde a la eficacia
de un metabolismo superior:
Somos capaces de metabolizar casi todo
y convertirlo en heces con éxito.
Pero el hecho de que otros vegetales
y animales hayan pasado por tu cuerpo,
no abona el sentimiento de propiedad:
Tus heces no son tan tuyas
ni son lo que parecen:
Expresan un segmento o un pasaje
de tu vida, pero contienen otras.
¿Cuántas vidas pasaron por tu vida?
Tus heces no son tus heces,
nadie es lo que parece.
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