(Cósimo Stancatto)
Un cruce de miradas.
Un cruce de piernas.
Otro cruce de miradas.
Alguien se santigua
al cruzar la avenida.
Un ave solitaria cruza el cielo
como si tuviera un destino.
Las miradas se cruzan
como las piernas
y las avenidas.
La vida está llena de cruces
peligrosos, la mayor parte
se olvida.
Las aves van y vienen
como si hubiera un destino.
No respetan su carril, ni
dirigen su mirada a nuestros
cruces de miembros inoportunos.
El instinto del ojo
siempre busca la entrepierna.
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