(Asensio Escalante)
No pregunto cuántos son
los sonidos que le sobran
a mi ritmo.
Preguntar no es buena inversión
para esta función y el signo de
pregunta no suma a la inversión
rítmica presente o presunta:
Su sonido nulo no agrega valor
al resto del compuesto.
No pregunto cuántos son
ni cuánto es lo que le falta
para llegar a tiempo y conformarse
en ritmo.
En la zozobra todo vale y sirve
al unísono, al solo efecto
de completar la unidad faltante:
El ritmo de la descomposición
mancomunada, hace lo propio
con lo ajeno:
Éramos extraños hace poco,
apenas unos milenios.
Ahora el ritmo nos unió sin preguntar
¿Cuántos eran los objetos del sentido?
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