(Epifanio Weber)
Medí tu vanidad
medí mi vanidad
sin para qué
me dí a medir:
Lo importante es competir.
Medí tu vanidad,
repetí la medida
me dí a medirme
con premeditación
más sin alevosía
y entonces comprendí:
la mía era menor y había
encogido, es más:
encogía al medir
y al repetir la operación
(Tal vez el frío sobrecogedor,
pensé con mesurada ilusión)
Busque medir mejor,
repetí la medida
y me medí con fe
(en otro resultado)
Pero no era mi día,
atardecía
y entonces comprendí:
era tarde para cualquier medida
¿un café? te ofrecí
en frío y con mesura.
Podía ser el último,
así lo prometía
¿el otoño? ¿el destino?
Yo seguiría midiendo
en vano, repito:
Ya era hora de dejar el café.
No hay comentarios:
Publicar un comentario