(Florencio Cusenier)
Protégete de tus propios
pensamientos.
Asegúrate, antes de practicarlos
de que no contengan elementos
negativos:
No los pienses si no estás seguro.
Ante la duda, descarta el material
dudoso y rescata sólo lo productivo:
Abraza el pensamiento inocuo y banal
que siempre tiene un lado positivo,
como todo.
Enfócate en opciones amigables
y descarta ese pensamiento dudoso
antes que se desarrolle, o peor:
se profundice.
En lo profundo, sólo encontrarás
oscuridad. Protégete de tentaciones
y pasiones oscuras:
Aférrate a la luz, que está por todas
partes, aunque no te pertenezca.
Una vez a salvo de la oscuridad,
desarrollarás tu propio sentido
de pertenencia: Es mejor pertenecer.
Protégete de tu propia oscuridad,
toma recaudos aunque no la veas.
Piensa sólo lo indispensable,
no es mucho.
Quién piensa no vive,
aunque piense en la vida.
Quién piensa en la muerte,
acaba muriendo, como todo
el mundo.
Protégete de tus propios
pensamientos:
acaso ni siquiera sean tan propios.
Es mejor no profundizar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario