(Aquino Lamas)
La experiencia es un arma
no enajenable, a la vez que
un bien no transable.
Aunque tiene un costo
a amortizar, como cualquier
producto humano.
¿Hay otros productos?
No, cada experiencia humana
es única, podemos repetir.
Procedemos de una serie
de condiciones azarosas; algunas
se repiten, no sabemos hasta cuando.
¿Ahora es cuando?
Preguntaba un joven inexperto:
No conocía la dinámica del tiempo
y sólo quería vivir el suyo.
¿Hay otras opciones?
Al cobrar experiencia aprendería
que hay un tiempo para todo y no
es fácil ser oportuno.
No se sabe mucho del tiempo,
aunque sirve para producir experiencia:
lo único que no podemos dejar
de producir hasta completarla.
La producimos todos, cada uno con
sus armas, mientras vamos declinando
con propiedad e intercambiamos alguna
que otra experiencia, en forma parcial:
No podemos intercambiar lo substancial,
aquello que nos hace únicos, incluso en
la forma de acumularlo.
La experiencia es acumulable, como otras
propiedades, pero no es un bien transable.
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