(Emeterio Askman)
¿Disconforme con lo aspirado hasta
aquí?
Hay otras aspiraciones disponibles:
Usted preguntará por qué aspiramos,
o bien, si tenemos las aspiraciones
que merecemos.
Todos tenemos algo a qué aspirar,
me pregunto: Yo aspiro a preguntar
mejor, sin caer en excesos:
Hay preguntas que no tienen una
respuesta única, o incluso ninguna,
ya sé.
Nadie tiene por qué responder
a la aspiración del otro, hay quienes
no respondemos ni a las propias.
¿Y qué? Siempre hay futuro para el
aspirante. ¿Qué podemos aspirar?
No importa la respuesta, eso puede
esperar, hay respuestas que venimos
esperando desde siempre.
¿Qué podemos esperar de quien no
tiene aspiraciones?
Perdón ¿Podría cambiar la pregunta?
Sí, podemos cambiar preguntas o cambiar
unas palabras, pero el intercambio de
preguntas produce un diálogo absurdo,
que no resuelve.
Todo lo que no resuelve es ilógico
y absurdo; no produce sentido ni
valor:
Un poema necesita una resolución
aunque no sea la más feliz. Tiene
que ser capaz de resolver, aunque
más no sea en el absurdo.
Las aspiraciones absurdas están
permitidas todavía. Yo confío más
en las preguntas que en las respuestas:
Aspiro a preguntar cada vez mejor,
aunque sé que como aspiración
la pregunta es dudosa (Sin duda, no
hay preguntas)
Luego, hay que evitar los excesos
para no preguntar demás: Hay preguntas
que no suman.
Ahora aspiro a menos
para evitar zozobras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario