(Serafín Cuesta)
La duración excesiva de un exceso
natural, nos aproxima a Dios
entre paréntesis.
Más allá de su imagen conocida,
que no es una, la verdadera es
una réplica perfecta, que siempre
aparece entre paréntesis.
Sus paréntesis no se parecen
a ningunos, son otros:
se reconocen únicos, impares y
divinos.
Él goza como impar y como único,
nadie más que Él conoce el Goce
Divino entre paréntesis:
Goza de Sí Mismo, como Él y sólo
Él puede hacerlo.
Y se complace contemplando su obra
mientras nos apareamos con distinta
fortuna, a imagen semejanza.
No te compares, las comparaciones
son odiosas, como los dioses únicos.
La naturaleza del exceso y de los seres
sobrenaturales, nos excede:
Controla la duración de tus excesos.
Todavía hay cosas que no controlamos
del todo.
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