(Florencio Cusenier)
Hay que saber pasar de la acción
a la inacción con fluidez, y
aprovechar todos los cambios
aparentes que suceden al pasar.
Era un día especial para no hacer
nada, disfrutarlo a pleno sin
arruinarlo con ninguna actividad.
Los cuerpos se contraen y dilatan
con el trabajo y la consiguiente
contracción a repetir movimientos
establecidos, como un autómata
obediente.
Me rechinaban los dientes como a
un niño chino, de la ansiedad por
no hacer nada.
Pensé que sería bueno compartirlo
y llamé a un amigo diletante, siempre
dispuesto a relajar y diletar en un
clima de sano esparcimiento.
Combinamos en juntarnos en casa
a esperar el alineamiento de los planetas
mientras recordamos toda aquella música
no escuchada, los libros no leídos y que
ya no leeremos, y todas esas cosas que
alimentan el alma de los vivos.
En algún momento, los planetas
volverán a alinearse.
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