(Onésimo Evans)
La muerte circula a una
velocidad crucero, distinta
de cero.
Las tendencias circulares
como los movimientos uniformes
son parte de la vida y sus circuitos
más o menos íntimos.
Como sustantivo, la vida se adapta
a casi todo adjetivo, incluso a los
más inútiles.
Una extensión dudosa
en la circulación de nuestras
emisiones, es contraria a la
voluntad del cero, emanación
del Deseo Divino.
Es mejor no desafiar al Cero
y sus límites redondos: Salvo
la suya, toda voluntad tiende a
cero.
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