(Eleuterio York)
Siempre encontrarás a quienes
te miren con desconfianza,
como a un bicho raro, cuando
emites una verdad incómoda e
inédita.
Es normal, o común, si es que
pueden asimilarse esos términos:
No acostumbramos a frecuentar
verdades sin necesidad, y no
solemos necesitar muchas:
Todas tienen una parte incómoda.
A no ser que quieras incomodar
o provocar a esas personas, conviene
ser cauteloso y dosificar la cantidad
de verdad en tu discurso:
Tómate un tiempo con la verdad
y procura editarla antes de emitirla,
de modo que no luzca muy incómoda
y se torne aceptable.
La verdad cruda no genera confianza:
Los humanos proferimos un rechazo
casi unánime a la incomodidad y a
los bichos raros.
Aunque, por lo que sabemos, podrían
ser más confiables que nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario