(Dudamel Rambler)
Para hablar de pensamiento propio
con propiedad, hay que sacarse la
dentadura postiza y encontrar la
forma de pronunciar la ese y la efe
con los recursos propios.
La pe de propio se mantiene idéntica,
no necesita dientes ni prótesis, al igual
que la be labial.
Luego, propiedades y dientes tienen
una vida útil, como el copropietario
de un pensamiento como éste.
O como ese, como ése
del que habla sin pensar,
confiando en lo que pensaron otros.
Apropiarse es moneda común, está
permitido y es sencillo: se traga sin
masticar y puede repetirse indefinidamente.
¿Qué define al pensamiento propio?
Podría decir, lo mismo que a la propiedad,
pero no estoy seguro:
Para hablar con propiedad hay que estar
seguro, aunque lo expresado
no nos pertenezca:
La seguridad genera confianza
en propios y extraños y alimenta
la confianza en las propiedades
de la apropiación.
La producción de pensamiento propio
no se le niega a nadie, pero es un hábito
que se ha perdido: Ya no existe la figura
del librepensador de antaño.
Hay rubros de la producción que se han
discontinuado y pertenecen al pasado.
Aceptamos que es más fácil apropiarse.
Alguna vez tuve pensamiento propio,
todavía creo que me queda alguno
de esos, pero no lo comparto:
Es la única forma de asegurarse
que nadie se lo apropie.
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