(Aparicio Custom)
El futuro ya llegó,
algunos no lo ven, pero se
están cumpliendo algunas
fantasías del pasado.
Si bien, todavía hay pesudociencia,
pseudoreligión y aún no acabamos
de superar el sesgo ideológico, la
tecnología disponible en continua
evolución, ya hizo posible viajar
en el tiempo.
Son pocos los que se aventuraron,
no es para cualquiera; Hay que estar
preparado y asumir los riesgos que
todo viaje implica. Podría haber
complicaciones y resultar un viaje de
ida, como otros en la vida, o como la
vida misma.
Por suerte, hasta ahora volvieron casi
todos. El testimonio de un viajante
que visitó el futuro, refiere la presencia
de conflictos, desastres naturales y
masacres no menores a los actuales.
Estados y naciones se adaptan como pueden
a las nuevas formas de ocupación, dominación
y colonización, presentados como recursos
para una globalización sustentable.
El lado positivo, es que existen organizaciones
no gubernamentales que realizan tareas
humanitarias, procurando mejorar las condiciones
de vida de las víctimas, cuyo número crece a un
ritmo sostenido, a la par de la economía.
Su labor desinteresada les ofrece algún alivio
y son reconocidos por el mundo globalizado
como efectivos agentes de control.
La más activa de estas organizaciones, se
identifica bajo el nombre “prisioneros felices”
con la sigla en inglés, única lengua permitida:
“HP”
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