(Amílcar Ámbanos)
¿Estás conforme con tu cuerpo?
¿Hubieras preferido otro, pero lo
aceptas con resignación porque no
se puede hacer nada?
Falso. Se puede hacer mucho:
lo podés vestir, peinar, pintar, tatuar,
perfumar. adornar con todo tipo de
accesorios y cambiar a voluntad,
según la ocasión, como una muñeca.
El cuerpo es un significante, a través
de él se expresa tu estado de ánimo y,
también tu relación con el mundo y
con tu propio cuerpo.
Es lo que se ve, lo que podemos mostrar,
lo que queremos que el otro sepa de
nosotros.
¿Es todo?
II
No, nunca nada es todo: Creemos ser
algo más que un cuerpo, aunque sabemos
que dependemos de él.
¿Es un envase, una jaula, un límite?
Hay otros significantes disponibles, pero
esa dependencia es lo que hace significativa
la relación que mantenemos con él.
El alma podrá ascender o descender,
complacerse o padecer junto a su cuerpo
o acaso perecer. Pero su envase es quien
la expresa:
Una forma que se impone al contenido
aunque no lo determina.
Un envase puede estar completamente
vacío, y funcionar en forma aceptable:
Los envases son más aceptables que
sus contenidos.
Acepta tu cuerpo, aunque no sea el deseado:
Puedes elegir qué ponerlo, seleccionar los
tonos y descartar algunos accesorios que
podrían ser innecesarios.
Agrégale un perfume que lo vuelva atractivo
o todo lo contrario, si te place.
Ese cuerpo, con todos sus defectos
es lo único necesario para estar aquí.
Puedes elegir, incluso tu mortaja
antes que sea tarde: otro envase.
El nuestro es un envase descartable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario