(Tomás Lovano)
En este mismo momento,
mientras te estás debatiendo entre
el ocio y las tentaciones de esos
estímulos banales, merodeando
tus deseos ociosos.
En este preciso momento, alguien
escribe un poema que podría
cambiar el mundo.
Claro, a casi nadie le interesa
que ésto cambie, y a vos tampoco:
Es bastante excitante así ¿no?
Bien sabés que la miseria crece
a cada instante, pero no te importa,
no es tu problema: Tenés suficiente
con tus propias miserias.
No pensás en tus hijos, en el mundo
que les vas a dejar: será cosa de ellos…
O no, tal vez ni pensás en hijos:
Tan miserable sos, que no querés
compartir tu miseria con nadie…
O peor, tenés conciencia ecológica
y pensás que vamos al colapso
definitivo y no vale la pena traer
más hijos al mundo…
Es posible, pero si todos pensáramos
así, hace rato que hubiéramos dejado
de reproducirnos, y el mundo estaría
en manos de las bestias:
Ningún poema podría salvarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario