(Epifanio Webber)
Que tu presa
no te tome por sorpresa.
Ella hará cualquier cosa
antes de asumir su condición,
si no se reconoce parte de tu
empresa.
Para empezar, debes aprender
a escoger tu presa, hasta que
sientas que te reconoce.
Sin ese reconocimiento
como su auténtico predador
provisto, lejos de vacilar o
verse paralizada por el miedo,
podría desafiarte y hasta burlarse
de tu fracaso previsto.
Para empezar, hay que seguir los
pasos indicados para aprender a
escoger la presa, estar seguro,
y actuar con naturalidad y decisión,
exentas de cualquier torpeza.
Para empezar, debes reconocer tu
incapacidad: Tal vez no estés en
condiciones de tomar ninguna presa.
No te precipites:
Así se empieza, el reconocimiento
propio es trabajoso, pero puedes
capacitarte y obtener todas las piezas
que merezcas, o tal vez más. No te
falta casi nada: Todos los humanos
podemos ser buenos predadores y
mejores presas:
Sólo hay que saber elegir.
Si tu presa te toma por sorpresa
o te mira con desprecio, es posible
que no sea tu presa; y no hable
tu mismo idioma. Un predador
que se precie, conoce el lenguaje
de su presa:
Nadie nace sabiendo nada,
y nadie es lo que expresa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario