(Serafín Cuesta)
El comandante concomitaba
con valor
sus órdenes bajaban emanadas
como destellos súbitos
de un valor concomitante.
Concomitantemente
el subcomandante subconcomitaba
con subordinación y valor
aunque un valor concomitante
pero súbdito.
La concomitancia descendía
en sentido vertical (el más seguro)
siguiendo la cadena de mandos
naturales en forma natural
transmitiéndose el valor concomitado
de subordinado a subordinado
en forma descendente y vertical
hasta llegar a destino:
el último eslabón de la cadena
que observa en orden la orden
impartida y la repite con
subordinación y valor
antes de ejecutarla.
El verbo concomitar es parte
del valor encadenado que hace
a la cadena de valor.
Hay otros factores concomitantes
pero si todo concomita el comandante
sabe que puede descansar en la cadena
de transmisión y evaluar la emanación
de la siguiente orden a emitir
en defensa de los valores concomitantes.
Concomitar es un verbo regular,
como respirar pero con un valor
intermitente: puede aumentar o
disminuír.
Todas nuestras emisiones
concomitan en algún sentido
o concomitan entre sí.
Hay quienes militan la concomitancia
con pasión y quienes concomitan sin
militar:
No se necesita mucha pasión para
militar, ni para concomitar, pero en
un sentido concomitante, se cree que
la concomilitancia podría constituír un
recurso para desarrollar otras pasiones.
No hace falta saber mucho para militar.
No hace falta saber mucho para
concomitar:
algunos concomitan sin saber,
es difícil no concomitar.