(Absinia Bending)
Somos parte de un paisaje
en continua emisión.
Registramos una parte, acaso
otra; la emisión no se interrumpe
aunque hay secuencias repetidas:
Su continuidad nos incluye,
incluso al emitir una descripción
de este paisaje, también parcial.
Podemos continuar, imaginar una
expansión de los contornos del
paisaje y deslindar otro espacio
determinado por nuestros propios
límites vueltos a emitir, corregidos
y aumentados.
Somos lo que emitimos, en parte:
Nuestras emisiones se agregan al
paisaje, sin alterarlo.
En verdad, son bastante insignificantes
para alterar nada, aunque nos empeñemos
en demostrarnos lo contrario.
¿Qué quedará de mi? Se pregunta
el locatario avezado, en este paisaje que
abono y siempre se renueva sin nunca
ser otro del que es.
¿Qué quedará de mis preguntas vanas
y de los signos omitidos al preguntar?
La verdad también es un paisaje,
cuyo movimiento adoptamos
en forma parcial,
en la medida que podamos adaptarnos
a las novedades del paisaje en emisión.
No estamos solos: compartimos una parte
del paisaje, que siempre es parte de otro
-Hay partes que nunca veremos-
Somos lo que emitimos, en parte:
hay partes que no aceptamos
del todo.
Aunque siempre seremos el producto
de otras emisiones.
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