(Amílcar Ámbanos)
La vida está hecha de excesos,
tropiezos y excipientes. El resto
es tejido conectivo.
Dijo el filósofo del futuro
mientras tomaba un baño
de espuma auténtica:
Hay una espuma espuria, la mía
es pura. Los poetas han dejado
de cantar al hombre nuevo,
asumiendo su fracaso justo.
Ahora apuestan a las oportunidades
de la espuma, que siempre se renueva
(aunque ya no es lo que era)
La espuma siempre estuvo,
acaso sea anterior a la vida útil
y a todas las que nos precedieron.
Se adapta a todos los paisajes
y necesidades históricas:
La espuma es, no sabemos si fue
creada o se autogeneró, dando lugar
a los fluidos vitales.
La espuma es, y fluye como el agua,
el río, el tiempo y las demás palabras,
comprobaba.
Deja que brille la espuma de tu baba,
puede que no haya nada más humano.
El resto es mera especulación teórica,
sin ningún destino, o puro sinsentido
poético.
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