(Nicasio Uranio)
El exceso de saciedad
es un problema en algunas sociedades,
como Alsacia.
La falta de estímulos en los saciados
por demás, conspira contra el desarrollo
sustentable:
Quien no necesita nada, pierde motivación
y suele ser presa de la abulia y la indiferencia
que conduce a la desidia.
El saciado no tiene nada que desear, luego
pierde todo interés en luchar y competir
para superar al otro y superarse a sí mismo:
¿Para qué?
Al faltar la necesidad, la voluntad de sacrificio
en aras del progreso, se desdibuja. La sociedad
se estanca, sin vocación de crecimiento y no
hay oportunidades, más que para el deterioro
del tejido social.
Los individuos vegetan sin horizonte
y pierden la capacidad de gozar de la sana
competencia.
En estas condiciones, la sociedad no produce
líderes, ni otras vocaciones útiles:
Nadie quiere liderar nada, ni ser liderado:
El sentido de la vida es sólo un participio
pasado.
El exceso de saciedad es un problema
en algunas sociedades. No es muy común,
es algo marginal, por eso el mundo lo tolera
o hace la vista gorda:
Hay otros problemas más acuciantes
que resolver.
Por fortuna, el mundo marcha en otra dirección,
y no se detiene: Las sociedades saciadas no son
un buen ejemplo para el mundo; la saciedad
suele precipitar en el exceso.
Nosotros no corremos ese riesgo, estamos tan
lejos de la saciedad como de Alsacia.
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