(Carlos Inquilino)
Todo se aprende con paciencia,
voluntad y un cuerpo.
Somos lo que incorporamos,
el resto es metabolismo.
El metabolismo asimila una
parte de todo ese volumen
y descarta lo inútil, para poder
seguir incorporando. Es algo
prodigioso.
El mundo de la biología
nos enseña a ver el mundo
a la luz de los mandatos
de la materia orgánica que somos.
Allí se cuecen las más elevadas
metas de las almas y los cuerpos,
junto a sus aspiraciones deleznables,
más comunes, populares y accesibles.
La degradación no hace diferencias.
El encanto de la autopsia es patrimonio
humano: Sólo nosotros conocemos su
práctica, gracias a la evolución de este
metabolismo sano.
La igualdad de oportunidades
se verifica en los detalles
de ese escueto dictamen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario