(Wilmar Bordenave)
Rodé sin saber rodar
como otras veces,
después giré como yo sé,
sobre eje ajeno, y volví
al ruedo como un giro
gramatical normal.
Y ví que era bueno.
¿Una experiencia vana?
Iba a repetir la ejecución
pero recogí la enseñanza
del pasado, y vacilé a tiempo:
Lo que era bueno ayer,
podría no serlo hoy.
Hice un rodeo para evitar
el futuro, y cuando quise
incorporarme me vi rodeado
de insectos no deseados.
Añoré mi exoesqueleto
y sentí envidia por el bicho
bolita, tan ninguneado,
que se cierra sobre sí y rueda
como si nada, sin ser rueda
ni tener:
Una envidia sana.
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