(Elpidio Lamela)
La contracción a evitar la
soledad en forma compulsiva,
ya sea que alcance la categoría
de fobia o no, puede tener
consecuencias lamentables.
Hay muchas compañías dudosas
dispuestas a medrar con nuestras
necesidades individuales y soclales:
Estamos rodeados, más de lo que
sabemos, que no es poco: Ellas
saben como llegarnos y volverse
necesarias, una vez conquistada
nuestra confianza.
Conocen nuestras debilidades
mejor que nosotros, y están en
condiciones de aprovecharlas:
Cuando estamos solos, somos más
débiles. Más aún, aquellos individuos
que no saben estar solos.
Algunos, ni saben que lo están
y viven en el engaño compartido
que les ofrecen sus compañías
dudosas.
Es mejor dudar, antes de confiarse.
Hay que saber rodearse: Nadie nace
sabiendo, pero es más difícil cuando
estamos rodeados.
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