(Tomás Mercante)
Podría haber perdido el miedo
en aquella ocasión.
Pero no me animé, decidí vacilar
y la ocasión pasó.
No me desanimé, las ocasiones suelen
repetirse, como las oportunidades. No
se pierde nada con esperar.
Me temo que el temor, como el rechazo
o el asco mismo, son recursos biológicos
que incorporamos para sobrevivir,
gracias a la selección natural.
Sobrevivir a la selección natural, ya es
bastante.
Todos los animales conocen el miedo,
hasta los más poderosos y temibles:
Ningún sentimiento es del todo positivo
ni negativo. El odio y el amor se necesitan
como el sexo opuesto: Una buena parte de
lo que somos, lo debemos a la oposición.
La ganancia y la pérdida son un ejemplo:
No es una sin la otra.
No habría que despreciar el valor del miedo.
A veces, resulta útil para aprender: Mirá lo
que le pasó a aquel que perdió el miedo…
Mientras no nos paralice, el miedo es un buen
compañero. Aunque es razonable desarrollar
alguna pérdida controlada.
Las ocasiones, se repiten en el tiempo; hay
precedentes. Con el tiempo, todos perderemos
todo, por más que hayamos vencido al miedo
o lo hayamos perdido:
Me temo que no hay que darse por vencido.
Mientras no nos paralice, el miedo es un buen
compañero.
¿Cuántos compañeros perdieron la vida
por haber perdido el miedo antes de tiempo, compañero?
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