(Serafín Cuesta)
Inhumar es humano.
Pero ¿Siempre lo fue?
¿Desde cuándo nos inhumamos
los humanos?
¿Lo hacíamos antes de ser humanos,
antes aún de conocer el fuego, sus
productos y propiedades purificadoras?
El fuego lo soluciona casi todo,
pero produce humo: Sin duda
representa una de nuestras mayores
conquistas; el humo es pasajero.
¿Inhumábamos antes de conocer el humo?
¿Fue el fuego quien nos hizo humanos, o
sólo nos purificó al sahumarnos?
Es probable que sin el fuego, nunca
hubiéramos conquistado la conciencia.
Somos conscientes de no estar hechos
para comer carne cruda:
El fuego lo solucionó, y gracias a las
propiedades de la proteína animal,
nuestro cerebro creció hasta alcanzar
su peso actual y este volumen envidiable.
Sabemos que nuestro cerebro es único.
¿Fue la carne junto al fuego, lo que nos
hizo humanos?
¿Cuánta conciencia tenemos de estas
deudas ontológicas?
¿O por el contrario, no debemos nada a
nadie y estas preguntas no valen más
que un puñado de humo?
¿Qué esconde el humo?
¿A cuánto cotiza hoy un vendedor de humo?
Dejando de lado al humo
¿Qué sería de nosotros, los fumadores, sin
el fuego? ¿Pereceríamos por el síndrome
de abstinencia?
¿Hay un fuego sagrado?
¿O también es puro humo?
¿Desde cuándo nos inhumamos?
¿Es una práctica propia de organismos
altamente organizados, o es sólo un hábito
heredado de ancestros mamíferos que no
conocían el fuego y sus propiedades?
¿Qué ocurre con nuestras propiedades
y valores humanos, después de inhumarnos?
¿Podrá sobrevivir el humo?
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