(Encarnación Segura)
La superioridad irrefutable de nuestra
especie, está expresada en la práctica
de tramitar voluntades y deseos
por medio de la palabra.
Es cierto que otros animales
se comunican y tienen lenguajes
que incluyen sonidos.
Pero el nuestro es el único apto
para el cultivo del comercio y de la fe,
pilares del desarrollo y la producción
de conocimiento.
Sin fe, ningún proyecto ni propósito
hubiera llegado a buen puerto:
Sin esta fe, no hay intercambio válido:
Creemos en la palabra del otro, que
cree a su vez en la nuestra y así
entablamos el comercio.
Ésto no significa que creamos en el otro;
creemos en la palabra ¿Cómo no creer,
cuando nos ha dado tanto?
Sirve tanto para declarar la guerra o
el amor, y para firmar la paz. Sin ella,
seguiríamos viviendo como animales.
Desde la conquista de la conciencia,
que debemos a la palabra, han florecido
todas las formas de intercambio. Y nunca
dejamos de crecer arrojando un balance
positivo.
El comercio de la palabra es la esencia
de toda fe: Todas nuestras conquistas
están sostenidas y justificadas en palabras.
Somos el único animal que cultiva la fe,
que produce sentido y armas con fines
comerciales y defeca sentado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario