domingo, 31 de marzo de 2024

Coplas de Constantinopla

 

(Serafín Cuesta)

 

El ácaro acaricia la acacia

con un dejo de avaricia.


La acacia recibe esa caricia

minuciosa y algo avariciosa

sin sospechar del huésped ácaro.


Verbigracia: goza la acacia

la caricia que se acerca, la goza

hasta percibir el daño.


La acacia de Constantinopla

no es una especie nativa, como su

nombre lo indica, salvo para los

nativos de Estambul, que no es

el caso de este poema.


Por el contrario, el ácaro es de acá:

No vamos a entrar en discusiones

bizantinas pero es más nativo que

muchos de nosotros.


El ácaro patrio goza en su derecho,

es uno de nosotros como dijo el

General: nuestro General.


Por lo general, el goce viene junto

con el daño; está estudiado:

Hay suficientes estudios sobre el goce.


No cultives el goce de la crítica

ni te apiades de la acacia de Constantinopla.


Goza de tus propias caricias tanto como puedas,

y de la gracia de estas coplas,

libres de contaminación ideológica.


Sé libre como un ácaro, como un ácaro libre.


sábado, 30 de marzo de 2024

Huesos y usos

 

(Aparicio Custom)

 

El hueso que te sobra

ahora zozobra, 

como un mar fuera de uso.


¿Cuánto falta para dejar

de zozobrar?


Ni el mar lo sabe. No osa

preguntar por esas osamentas

ni responder por lo que hace

con los huesos de sus náufragos.


El mar estuvo siempre,

es anterior a nuestra penas

y zozobras y a todos los

naufragios y los restos fósiles

del tiempo acumulado.

 

Incluso es anterior a la palabra mar.


No sabemos cuánto sobra

en la estructura ósea que compartimos

con otros animales, en continua evolución:


Por ahora, contamos con el número

de huesos necesario y funcional.

Aunque en el curso de la filogénesis

histórica,  descartamos varios:

 

Ya ni en el mar están.


Creemos que somos algo más

que una nómina de huesos, y siempre

hemos sabido encontrarle utilidad

a casi todo, incluso a nuestros propios

residuos patológicos.


Alguna vez, no tan lejana, convertimos

huesos en instrumentos musicales.

Tanto daba que hubieran sido nuestros,

de un pariente o de algún exoesqueleto.

 


También fabricamos polvo de huesos,

aprovechando sus propiedades nutritivas

para nuestras mascotas.


La evolución no se detiene.

El posible que en el futuro

necesitemos menos huesos,

o tal vez ninguno.


viernes, 29 de marzo de 2024

La verdadera ofensa

 

(William Arsenio Pereyra)


-Me ofendió de palabra…


-¿Qué le dijo?


-No puedo repetirlo, eran términos

irreproducibles.


-¿El exabrupto constituyó un exceso

verbal?


-Sí, entiendo que sí. Había algo de

verdad pero hubo un exceso.


-No se ofenda, pero en verdad 

no puede ofenderse:

Con la verdad no se ofende ni teme.


-¿Está seguro? ¿Quién lo dijo?


-Sabiduría oriental.


-Perdonemé, pero no me interesa la filosofía

antigua, venga de la India o de los chinos:   

Soy argentino.


-No se ofenda, pero no tenía que ir tan lejos.

Lo dijo uno de los nuestros, una voz amiga:

la de José Artigas, que también tenía razón.

jueves, 28 de marzo de 2024

Instrucciones para cobrar valor

 

(Tomás Lovano)

 

Hoy cobré valor,

era una cuenta que tenía

pendiente. Me lo había

prometido: Vas a cobrar,

y siempre cumplo lo que

me prometo.


Armarse de valor puede resultar

difícil, si no se cuenta con estímulos

más o menos proporcionales

al valor de ese deseo.


Hay que saber valorar lo que uno

tiene, evaluar las condiciones

objetivas del entorno y recurrir

a la autoestimulación si es necesario,

para no caer en la desvalorización de

sí mismo:

 

Hay que saber valorar lo que uno

no tiene  (es valorable no tener el

lastre de una carga negativa)


Todos los recursos son válidos:

todos tributan algún valor subalterno

o concomitante a la hora de ejecutar

el cobro.


Estaba listo, era el momento de poner

en valor este conocimiento, y cobrar

valor.


Medí mi vanidad, y en un acto

de sinceramiento acepté que era buena,

como para arrojar un balance aceptable

y bastante transparente.


Hice un recuento de activos y pasivos,

bienes y males, vencimientos prorrogados

y plazos vencidos, más los excedentes

registrados sin valor comercial.


Así arribé a un resultado definitivo:

Lo mío no tenía ningún valor.


Luego, tenía todo por cobrar:

estaba en cero, los números cerraban.


El valor nulo me tranquilizó, no había

nada que cambiar: Sin valor, no hay

intercambio posible. es decir:


No tenía nada que perder.


Y sí, es auspicioso: De aquí en más

todo suma, es para celebrar y mirar

para adelante, me dije insuflándome

valor:


El cero ya lo tenemos.


miércoles, 27 de marzo de 2024

¿Será la última vez?

 

(Aparicio Custom)

 

Solo, ante el espejo

tuve que aceptar la realidad:

Mi remera verde no puede más,

ésta es la última vez que me

veré con ella.


El cuello luce gastado,

desbocado y tiene algún respiradero

en las axilas.


Nunca fui de levantar la mano, pero

no se puede andar así por la vida, ni

siquiera por la calle ¿Que van a pensar?


Nunca me importó lo que piensen

los demás, pero uno no está solo;

está la familia.


La voy a extrañar. El ligera, suave, más

cómoda que otras y no me tira por ningún

lado. ¿Tirarla?


No, quién sabe quién la agarre. Siempre

estuvo conmigo. Podría dejarla para trapo.

Pero sería triste verla así, degradada en su

función después de haberme acompañado

tanto.


Hay que soltar, dice mi mujer.

Hay que andar liviano por la vida…


Puede ser. Mi remera verde agua es la más

liviana de todas, por algo es la preferida y

la uso más que otras.


Me la trajo ella de Francia, junto a varias

más que también me gustan porque son

iguales en el corte, en la forma.


Pero por algún motivo ésta es la elegida:

la usé más y se gastó. No sé cuál será

su destino.


En realidad, no era verde agua: era verde

y fue perdiendo el color con el tiempo,

como se pierde todo.

 

Cada vez me gustan más los tonos pálidos.



El buen pastor

 

(Emeterio Askman)

 

El pastor Nemesio es un alma luminosa,

un Ser de Luz que emana amor a todos

sus hermanos, y quiere mostrarnos el

camino: el verdadero camino del Amor

para que todos tengamos acceso a la Luz.


“Yo también me colgaba de la luz..”


En su humildad infinita, el Pastor confiesa

las penurias de su origen miserable, y nos

enseña el camino de la superación:


Yo la pasé, me hice de abajo: Conozco el

hambre y la miseria como nadie; no me la

contaron.


Me deslomaba, año tras año, y siempre la veía

pasar; estaba cada vez peor. Fui ayudante de

peón de albañil, changarín, vendedor ambulante,

peón golondrina, reciclador urbano y botellero.


Pero nunca perdí la fe: Sabía que el esfuerzo

personal siempre da frutos.


Hasta que un día el Creador me iluminó

y comencé un emprendimiento: Vendía paltas

en la calle, que obtenía del árbol de un vecino

y ahí cambió mi suerte.


Crecí, contraté otros vendedores, fui haciendo

una diferencia y me amplié. Luego, ví que era

bueno crecer y aposté a la diversidad:


Me diversifiqué, y a medida que crecía

aparecían otras oportunidades…


Así, un día noté, que sin deberle nada a nadie

había amasado una fortuna: Era lo que necesitaba

para invertir y seguir emprendiendo, ya a otra

escala y con renovada fe:


Mis negocios inmobiliarios florecían, como también

los agropecuarios, y otros que prefiero omitir, para

no extenderme. Mi expansión no tenía límites, y

tenía la oportunidad de seguir creciendo.


Entonces reflexioné: ¿Sin deberle nada a nadie?

Recordé mis orígenes, las privaciones y

la miseria de aquellos años oscuros, y de toda esa

oscuridad brotó la luz: ¡Todo lo debo a la Fe!

¡Esta Fe!


Y desde esa epifanía, decidí que la Luz no es

tal si no se la comparte: como el Amor, necesita

darse para crecer y reproducirse.


Y así fue que mi inicié como Pastor. Las fuerzas

del cielo me iluminaron, me eligieron y aquí estoy:

Nemesio Newman, vuestro hermano, un humilde

Ser de Luz al servicio de todos los que quieran

seguirme, en el camino luminoso del Amor.


¡Soy Amor, emano Luz, desde este humilde

cuerpo terrenal!


¡Siganme, que no los voy a defraudar!


martes, 26 de marzo de 2024

Todo fracaso es parcial

 

(Horacio Ruminal)

 

El fracaso como aprendiz

no iba a sumirme en el desasosiego.

No lo permití, mi capacidad de asumir

fracasos está bien desarrollada, acaso

más que otras.


Siempre hay algo nuevo

que abandonar: Sólo el que no hace

nada ni lo intenta, está libre de fracasar.


Aunque en forma provisoria: Ningún

humano sano resiste mucho tiempo sin

hacer nada. El estado de reposo está

condenado al fracaso como aspiración

o proyecto de vida.


No toda libertad es deseable de por sí.


La acumulación de fracasos es una forma

de conocimiento. Siempre se puede

aprender más, y ningún fracaso es motivo

para no seguir dilapidando aspiraciones

y recursos cognitivos.


Si hay algo para aprender en este mundo,

lo primero es aprender a fracasar

y a solidarizar con el fracaso ajeno:


Nadie fracasa solo.


lunes, 25 de marzo de 2024

Obligaciones Naturales

 

(Egberto Ovando)

 

No son muchas, pero es útil conocerlas

para evitar consecuencias indeseables.


Para gozar de derechos, hay que observar

y asumir obligaciones o deberes.


Nos sabemos deudores, en más de un sentido.

Contamos con cientos de sentidos, aunque

sólo conocemos algunos (posiblemente los

más útiles)


En rigor de verdad, nuestras obligaciones

naturales deben su nombre a que pudimos

naturalizarlas:


Antes no existían, son una verdadera conquista

humana que debemos a la evolución:

un mandato biológico que obedecemos, sin saber

a qué se debe, ni para qué sirve.


No descartamos que pueda ser, también, o antes

un mandato divino (No descartamos nada, así

funciona la evolución, a partir de la selección

natural)


II

En el estadío actual de la secuencia evolutiva,

la primera obligación natural es mantenerse

en forma, y estar disponible para las demandas

de la guerra: un estado natural de la etapa que

cursamos: Siempre estuvimos en guerra, aún

cuando no lo advirtiéramos:


Sea real, virtual, subliminal u otras formas

en desarrollo que aún no podemos tipificar.


Se presume que estamos en vísperas de otra

guerra sucia, una modalidad en la que se

conoce que el enemigo puede estar en cualquier

parte, ocultarse, mutar y medrar con todos

esos recursos.


Requiere un estado de vigilia y atención permanente,

ya que podría enmascararse y hasta compartir la

mesa familiar:


Sí, el enemigo interno puede estar entre nosotros,

y convivir, compartiendo nuestra propia unidad

funcional. Puede, incluso, estar dentro nuestro:


Pudimos haber sido infiltrados sin percibirlo,

y sin siquiera sospecharlo.


Sólo estando preparados, atentos y con una

capacitación adecuada, estaremos en condicioens

de reconocernos sospechosos y cumplir con la

obligación natural de denunciarnos

a las autoridades en ejercicio.


Las otras obligaciones naturales son secundarias,

subalternas y de poca relevancia, como todo lo

natural.




¿La fe es más vieja que la injusticia?

 

(Encarnación Segura)

 

Ahora descendemos del miedo,

como antes de los barcos

y antes de los bosques.


¿Conocés tu árbol genealógico?


No le respondí: Tengo miedo

a los árboles.


Le respondí no, me interesa más

el futuro, con el pasado no se puede

hacer nada.


Es verdad, pero el futuro es incierto;

el pasado es lo único verdadero.


Es cierto, pero la verdad ¿Para qué

sirve la memoria si no se puede hacer

justicia?


Sí, reconoció, tenemos una relación

complicada con la justicia. Es poco

lo que se puede hacer, hasta ahora

nunca se pudo. Queda la justicia divina.


Puede ser, aunque no la conocemos.


No, pero conocemos el miedo, que es

constitutivo de la fe, me temo.


¿Es más vieja que la injusticia, la fe?


Me temo que no sé.


¿Siempre descendimos del miedo?

¿Conocés su árbol genealógico?



domingo, 24 de marzo de 2024

Redondilla

 

(Amílcar Ámbanos)

 

Óyese el canto

de una abeja en flor.


Las flores son ajenas

a los cantos del trabajo de la abeja,

más que al desove de la oruga.


No todas las orugas

hemos de llegar a mariposa.


Óigase el canto zumbón,

el goce redondeado de la abeja

que se aleja.


El polen se va con el canto

a otra parte: Parte de la colmena

es la abeja, y sabe lo que hace.


¿es su trabajo? ¿lo sabe cuando canta?


¿Es tan natural la abeja en flor

como la mariposa desflorada por el canto

silencioso del poeta que la ignora, como

si fuera una oruga?


La abeja volverá por más:

no sabe hacer otra cosa y goza

sin saber que trabaja, ni para quién

canta.


El polen es alérgico a la genética

de la metáfora:


Óigase el sonido residual

del goce decantado

que florece al alejarse…


(Ahora la flor liba la abeja)


sábado, 23 de marzo de 2024

Lo que trae la lluvia

 

(Olvido de la Fuente)

 

Con la lluvia, proliferan los mosquitos,

celebran caracoles y babosas, el sapo

baila a pata ancha y aparecen los turistas

de ocasión.


Vienen desde lugares remotos

a conocer la lluvia: Hay países extraños

donde la lluvia no llega. Nunca llovió,

ni paró de no llover, pero no pierden la

esperanza.


A ellos les basta con viajar y aventurarse

a los países lluviosos, conocer la lluvia

y verificar que existe, para volverse con

la esperanza renovada.


Algo parecido a cualquier creencia religiosa,

sólo que no hace falta viajar, conocer, ni

verificar para aventurarse en la fe:


Una aventura más segura.


Oportunidades del fracaso

 

(Horacio Ruminal)

 

Un fracaso oportuno

me libró de algo peor.


¿Y qué?


Diría un provocador

¿Acaso no sabíamos que siempre

puede haber algo peor?


Los provocadores sólo cumplen

su función: algunos tienen éxito,

otros fracasan.


Pero no existe el fracaso absoluto,

es otro engaño de los provocadores.


A veces necesitamos que nos provoquen

para reaccionar, y reconocer:

¿Acaso no sabíamos que siempre

puede haber algo peor?


Sí, se puede. Podemos estar peor,

siempre se pudo: La historia lo confirma

y la experiencia lo corrobora.


Sería una necedad no aprovechar este

conocimiento útil.


Agradezcamos al fracaso, reconozcamos

a los provocadores.



viernes, 22 de marzo de 2024

Pensamiento propio ¿Otra trampa?

 

(Nicasio Uranio)

 

Ayer pensaba sin tapujos,

cómo cuesta pensar

sin condicionamientos externos.


No se lo diría a nadie, pero tengo

para mí que estamos avanzando

hacia la autocensura del pensamiento.

Tal vez sea algo natural a esta etapa

de la evolución.


Hasta ayer, creía en el pensamiento

propìo como única salida. Y que había

que defender la intimidad inapropiable

del sujeto: esa subjetividad única, tal

vez el último refugio donde ejercer su

libertad individual.


Ahora vacilo ¿Por qué habría de estar

pensando aquello que no se espera que

alguien piense?


Por la misma razón, no puede expresarse

libremente. Luego, ¿Debería confiar en

lo que no puedo compartir con nadie?


¿Y si estuviera siendo operado o manipulado

por otro pensamiento cuya fuerza y acción

desconozco?


¿Hasta dónde es dable confiar en el pensamiento

propio si no hay el control suficiente de todas las

variables, como para estar seguro de su propiedad?


jueves, 21 de marzo de 2024

El vicio puro y la verdad abstracta

 

(Luis Espéculo)

 

Esto es un vicio:

me dije y lo agendé

para no olvidarlo.


Es difícil olvidar los vicios,

pero hay vicisitudes que sólo es

posible controlar con la conciencia.


El vicio es mal compañero,

pero no deja de ser uno.


Una conducta adictiva refleja muchas

cosas ¿Qué vino a reemplazar el vicio?


Si cobráramos conciencia y nos libráramos

de todos, sin duda ganaría la calidad

de vida del planeta, o al menos

de su parte enviciada:  Nosotros.


Podríamos competir con los que nunca

pecaron de viciosos en un ambiente sano

y libre de emisiones sospechosas, sin que

nadie tuviera que sufrir la contaminación

del otro:


Una sana competencia, libre y soberana,

es garantía de un desarrollo saludable.

 

II

El problema es la conciencia:

tan difícil de controlar como el vicio.


Yo al menos lo agendé; puede ser útil

mientras pueda manejar mi agenda.


Eso me hizo reflexionar:


Siempre nos hemos expandido con éxito,

pero ¿Hasta dónde puede expandirse la

conciencia? ¿Somos conscientes de todo

lo que nos falta? ¿O sólo nos conformamos

con poder reemplazarlo?


Una cosa lleva a la otra, y cuando queremos

ver estamos perdidos:


El exceso de conciencia, también puede

evolucionar en vicio, como cualquier hábito.


Para no ir más lejos, me detuve en esta

conclusión: Si todos cobráramos conciencia

de todo lo que hacemos y sus consecuencias,

ninguno haría nada, y el ocio nos arrojaría

al vicio.


El vicio es mal compañero, es verdad;

pero también conduce a una verdad

que es lo que queríamos demostrar:


¿O no?


Enviciarse en la búsqueda de la verdad

puede ser un camino sin retorno.


Si nos libráramos de nuestros vicios,

sin duda mejoraría la calidad de vida

del planeta; o al menos de su parte

enviciada:  ¿Seremos irreemplazables?


profesiones del futuro

 

(Remigio Remington)

 

Ante los pronósticos de expertos

y estudiosos sobre el advenimiento

del colapso definitivo del mundo

inteligente, le elección de una profesión

con futuro perdía todo sentido, si

tuviera alguno:


¿Qué iba a hacer con el futuro de mi

profesión, una vez colapsado el futuro

en su conjunto?


¿De qué me serviría ese excedente

de futuro sin espacio donde aprovecharlo?


Una carrera es una inversión: como un hijo,

o plantar un árbol, escribir un libro, una

página o un poema…

 

II

¿Todo es inversión?


Depende, no se puede afirmar nada definitivo

por ahora: Esta palabra es tan dinámica como

el tiempo, del cual depende para existir, como

casi todo; y el tiempo es cambiante por naturaleza.


Antes de inventar el tiempo, la inversión nos era

ajena, y tan desconocida como otras funciones

que debemos a él.


Con la posesión del tiempo, como noción central

y axial para la organización de la vida inteligente,

junto a las magnitudes que lo miden, en forma

casi automática surgió la inversión:


Mientras algunas mentes desarrollaban una

elaboración incipiente de teorías cosmogónicas

y comenzaban a esbozar un pensamiento más

o menos filosófico en torno a esta nueva noción,

inédita y cargada de futuro, otras no perdían el

tiempo y ya estaban invirtiendo.


Todo indica que la pérdida de tiempo, es anterior,

incluso a la aparición de los primeros poetas.

 

III

Pero la inversión ya no se detuvo, y comenzó a

expandirse sin control, como un virus, a la luz

de otro invento capital: la propiedad.


Tal fue su evolución, que ahora nos preguntamos

con fundamento. ¿Todo es inversión?


No, todavía no: está el amor, sostiene algún

escéptico anacrónico. Hablemos de amor

¿Qué es, cómo funciona?


Bien, es un sentimiento casi natural: Uno

deposita su deseo en otro, y comienza a cultivar

un sentimiento de posesión propio del vínculo,

esperando reciprocidad para obtener un beneficio

común, en función del tiempo.


A veces no funciona, y hay que probar con otra

inversión: El amor es como una plantita que hay

que regar cada día, abonar y cambiarle la tierra

de vez en cuando, y reemplazarla cuando acaba

su vida útil.


Pero dejemos el amor, que nadie sabe bien qué es,

y ya hay suficiente con los poemas de amor, Erich

Fromm, y las telenovelas:


Mejor volver a la inversión, mientra el tiempo lo

permita. Todavía no se puede afirmar que todo

es inversión, pero no falta mucho.


Ahora atravesamos una crisis, tal vez la última,

pero pudimos averiguar que se debe a la falta

de inversiones: No supimos atraer las que

necesitábamos, y ahora estamos pagando las

consecuencias.


Sabíamos que la educación es la mejor inversión,

pero, acaso por un error de interpretación, la

confiamos a los inversores: Ellos no suelen

fracasar, lo sabemos.


Ahora es tarde para lamentarse, y para pensar

en el futuro…


Es mejor pensar en carreras cortas, es lo más

seguro: cuanto más cortas, mejor.


martes, 19 de marzo de 2024

El ocaso del poeta ocasional

 

(Serafín Cuesta)

 

El poeta ocasional

está llegando al ocaso.


Antes se celebraba cuando alguien

no reconocido pro su actividad

poética, se aventuraba a escribir

un poema.


Ahora, eso ya no ocurre: Hacerlos,

dejó de ser algo propio y exclusivo

de poetas.


La democratización del uso de la función

poética, favorecida por el desarrollo de los

medios de comunicación virtual, hizo que

todo el mundo descubriera su propio

potencial virtual como poeta, y se sintiera

autorizado a tramitarlo.


El libro de poemas, si bien casi nunca fue

considerado mercancía, todavía ofrece

alguna resistencia en los estantes de las

buenas librerías, pero no deja de ser un

anacronismo:


Su precio lo aleja de los castigados bolsillos

de las mayorías consumidoras, e incluso de

los potenciales u ocasionales lectores de

poesía.


Además ¿Para qué gastar en esos objetos, si

uno puede seguir a su poeta favorito a través

de las redes, o en su propia página virtual?


Ni siquiera es necesario que sea poeta:

Cualquiera puede abrir una cuenta y acceder

a su propio espacio, donde publicarse a sí

mismo y coleccionar seguidores de todo tipo.


No importa la calidad; los que la buscan

sabrán donde encontrarla. La oferta es lo

suficientemente diversa como para que nadie

quede afuera.


Es trabajoso determinar quién es un auténtico

poeta entre tanto aspirante y aventurero. Pero

el poeta ocasional es cosa del pasado, y parece

extinguirse inexorablemente.


Tal vez sea auspicioso que ésto ocurra, y la

producción de poemas se democratice, acaso

cumpliendo la profecía de Isidore Ducasse, el

legendario Conde, uno de los grandes aportes

orientales a la cultura universal: “Algún día, la

poesía será escrita por todos”


(Lo que no significa que todos debamos ser,

necesariamente, poetas. Ni siquiera ocasionales)


Ahora voy a subir a mi blog este poema, que no

sé si aclara algo pero muchos deben estar esperando.


A las puertas de la perfección

 

(Pascual Rambler)

 

-La perfección del mundo, sigue

avanzando a paso seguro.


-Lo dudo. Primero, si algo es perfecto

no puede avanzar: una contradicción

semántica. Como metáfora, es propia

de un optimismo tan desmesurado como

infundado. Hay mucha gente que está

cada vez peor.


-Es una visión parcial; Muchos estamos

mejor; hay que ver el vaso medio lleno.

Es frecuente encontrar opiniones sesgadas.

Yo me remito a la información objetiva.

Las cifras dicen que la gente vive más y

mejor, en promedio.


-Los promedios son engañosos, ocultan

una parte de la realidad, y suelen ser

manipulados con esa intención.


-Eso es inevitable, la realidad es inabarcable.

Sólo conocemos y habitamos una parte, que

es la que nos resulta útil: Siempre funcionó

así, y es inobjetable.


-Sí, será cuestión de perfeccionar la forma

de aprovechar esa utilidad.


lunes, 18 de marzo de 2024

Verificación y palpación del pábilo

 

(Malcolm Mercader Ergástulas)


La envergadura del salto

en ancho, ahora exitoso, salpicaba

hacia adentro la ilusión

del órgano incipiente, aunque

emergente, obnubilando la micción

del párvulo.


Otros esperan que resistas

mientras medran con pasiones ajenas

que no se justifican.


¿Ya plantaste un abedul?


¿O al menos un tomate, un falso trébol

o un esqueje de ortiga o de maleza?


¿Qué esperabas de la naturaleza?


¿Verificaste tu condición de miembro

propio?


¿Podrías reconocer una hoja de cizaña

a primera vista?


¿Ya engendraste tu libro de preguntas?


¿Preparaste, al menos, tu epitafio?


Sí, está bien, menos averigua Dios y perdona.


¿Vos ya te perdonaste? ¿O te absolviste?


Perdón ¿Atesorás algún recuerdo placentero

o memorable?


¿Recordás tu primera erección?  ¿y la primera

eyaculación desperdiciada?

 

¿Fue todo en legítima defensa?

domingo, 17 de marzo de 2024

El futuro de la materia

 

(Teodoro Losper)

 

Hay dos clases de materia:

Conocida y desconocida.


La primera se expresa en

tres estados: líquida, sólida

y gaseosa.


De la otra no se sabe mucho,

aunque se le reconoce

un volumen bastante superior

y se la define como materia

oscura.


Del estado oscuro conocemos una

parte, y sabemos que no todo es

oscuro, aunque podría volver a

serlo alguna vez.


A la luz de las definiciones disponibles,

hay nichos de optimismo en cuanto al

futuro: (hay cada vez más nichos)


Los estados son cambiantes, pero

la cantidad de materia es estable:

tanto la conocida como la otra.


Y confiamos en nuestra capacidad de

definición.  Aún estamos en carrera,

hemos sabido dar vuelta muchos

resultados:


Somos los más competitivos.

Todavía no hay nada definido.


El pavo real y el pensamiento abstracto

 

(Tomás Lovano)

 

Como moco de pavo

barro con el codo el nuevo 

decorado de barro artificial,

no menos real que los otros.


Los aburridos suelen barrer

para matar el tiempo; una realidad:


El tiempo no se mata, aunque

haya motivos que lo justifiquen

más que suficientes.



Barrer es justo; siempre se puede

volver a barrer, con o sin motivo.


No hace falta estar motivado:

alcanza con estar aburrido, basta

una escoba, escobillón , o su

equivalente.


No es moco de pavo esta palabra.

Permite reemplazar cualquier cosa 

o sujeto por otros y obtener una 

prestación de utilidad aproximada.


Gracias al pensamiento abstracto

sabemos como adjudicarle un valor

a todo, incluso a aquello que no se ve

o no tiene presencia física.


Yo podría barrer perfectamente ahora,

sin escoba ni su equivalente:

Basta imaginarla, empuñarla, y reproducir

los movimientos conocidos. ¿Quién no ha

barrido algo alguna vez?


Hasta los más ricos barren y se aburren

(nunca de noche: barrerían la fortuna)


El resultado también se puede imaginar,

mientras barremos el aburrimiento

acumulado.


Es claro que en nuestro mundo abstracto

en desarrollo, no hay motivos para aburrirse

si no se lo desea: Disponemos de recursos

más que suficientes.


No necesitamos conocer el verdadero moco

de pavo, para hablar de él y usarlo como

metáfora (está probado que funciona, no es

moco de pavo)


Y luego, asignarle el valor apropiado a ese

moco, para adaptarlo al barro propio y sus

distintos valores.


Hay suficientes pasatiempos para no

salir a matar el tiempo, ni aburrirse

demasiado.


Y si te aburrís, podés buscar en tu pantalla

o leer un poema como éste o mejor:  barrer,

tantas veces como creas necesario.




sábado, 16 de marzo de 2024

Hermenéutica poética

 

(Amílcar Ámbanos)

 

El poema hermético

es una pieza de alta elaboración,

que requiere un abordaje especial

para poder desentrañarlo, y gozar

en un sentido amplio de todos los

sentidos que contiene.


Hay que ser cauteloso, también podría

no tenerlos y su aparente hermetismo

no ser más que una trampa, para hacer

creer que es más de lo que parece:


Éste es otro de los sentidos

que frecuentan los poemas, objetos

engañosos como pocos.


Pero no nos engañemos, no hay que

amilanarse ante el hermetismo, que

desciende de Hermes, el tres veces

grande:


Todos los poemas tienen algo, más o

menos oculto que decir (aunque no sea

lo que esperábamos), y lo hacen a su

modo, un modo que les es propio, y

que es lo que hace que sean poemas.


Hay que invertir un tiempo para examinarlo,

desguazarlo, intervenirlo hasta descubrir

sus mecanismos articulados y poder acceder

y apropiarse de todos los sentidos que contiene.


Si al cabo de un tiempo razonable, la inversión

y el trabajo hermenéutico no arrojan resultados,

y todo lo obtenido es un vacío más profundo

de lo que se sospechaba, no es motivo para

el desasosiego y la decepción:


Significa que estamos ante un poema

de calidad superior, tal vez perfecto.


Es momento de dar por terminado el trabajo

y gozar de la perfección.


viernes, 15 de marzo de 2024

La industria del conocimiento ideológico

 

(Aparicio Custom)

 

¿Cuáles son las propiedades de tu cuerpo?

¿Las conoces a todas como para enumerarlas?

¿Cuáles son las más útiles en este momento?

¿Y las más interesantes, o de mayor valor a

futuro según tu escala?

¿Creés estar haciendo un uso apropiado, o

pensás que podrían rendir más?

¿Estás conforme con ese número, o creés

que necesitarías otras?

¿Estarías dispuesto a negociar alguna de las

que posées, para obtenerlas?

¿Aceptarías las condiciones que la otra parte

impusiera?

¿Aceptás que hay que sacrificar algo para

poder obtener otra cosa?

¿Aceptaste la oferta?

¿Viste que sin sacrificio no se consigue nada?


jueves, 14 de marzo de 2024

Iluminados

 

(Cósimo Stancatto)

 

A todas luces, es necesario volver

a las fuentes.

No es que no alcance la generación

de luz, sino que su distribución es

deficiente.


¿No se ve? ¿Faltaría más?


Tal vez mis fuentes sean dudosas,

pero a la luz de la Historia, se puede

ver una constante:


Mientras unos pocos iluminados

gozan del exceso y se encandilan

con su propia luz, valga la metáfora,


el resto vive sumido en la zozobra

y la penumbra, creyendo que la luz

es algo ajeno, que no les pertenece

aunque la paguen, y siempre será

así.


Y que todo lo que son y lo poco que

tienen, se lo deben a los iluminados.


Hay quienes nunca ven la luz,

y sobreviven en la oscuridad hasta

la muerte:


Deberían agradecerlo, así no sienten

el cambio. Dicen los seres de luz.


¿Será por siempre así?

¿Habrá que seguir pagando costos

excesivos hasta el fin de la luz?


¿Es un problema de distribución

o es un exceso justo y consensuado?


Yo vacilo, nunca fui un iluminado,

y no necesito mucha luz para vacilar

con algún éxito:


Creo que habría que volver a las fuentes,

o buscar otras más confiables para que

las próximas generaciones no vacilen,


ni sufran los excesos ajenos, ni los cortes

de luz totales o parciales pero siempre

arbitrarios.


Y nada vuelva a ser ajeno.


Movimiento en acción

 

(Nicasio Uranio)

 

Toda acción puede ser superada

por otra. Es bueno saberlo antes

de emitirla.


En el mismo sentido, todos los

movimientos son posibles, hasta

el momento de ser descartados

por otro.


No descarto nada, mientras avanzo

y profundizo el estado de reposo

(Para elegir esta palabra, tuve que

descartar el resto)


Toda acción, voluntaria, espontánea

o forzada es inferior o superior a otras.


Las acciones, pueden medirse

o ser desmedidas.


La calidad de las acciones está determinada

por la consecución de los fines que persiguen:

Toda calidad es proporcional a un resultado.


El resultadismo es un humanismo muy

expandido y aceptado, en tanto funciona:

Hasta ahora resulta funcional:


Un resultado es algo irrefutable, acá

y en cualquier parte de la competencia.


El que no conoce la medida de sus acciones,

puede hacer cualquier cosa. Sólo ése, no

reconoce culpa ni fracaso: no peca.


Todas las acciones, son parte del movimiento

general que contiene todos los movimientos

subalternos de la materia orgánica existente

durante su experiencia vital manifiesta.


La vida suele manifestarse por el movimiento,

tanto interno como esterno.


Hay acciones altas y bajas; no hay mucho más.

Todo el tiempo se mueven, hacia arriba o

hacia abajo; no hay mucho más:


Sólo hay que saber cuándo tomarlas

y desprenderse en el momento preciso.


Ninguna acción es buena para siempre:

No hay mucha estabilidad fuera del

estado de reposo (un estado que nos es

ajeno, por ahora, aunque descartamos

que alcanzaremos)


Pero el estado no es todo,

y el verdadero sentido no está ahí

ni en ninguna otra parte:


¿Por qué pedírselo al poema?


miércoles, 13 de marzo de 2024

La experiencia funcional

 

(Encarnación Segura)

 

Accioné mi cuerpo en un sentido,

y funcionó.


Luego hice lo propio en sentido

inverso y también funcionaba;

después probé el sentido contrario 

y volvió a funcionar. 


Al registrarlo, el entusiasmo por

el éxito obtenido en mis acciones

me llevó a probar y repetir

la operación en muchos otros

sentidos que parecían disponibles.


Fui sumando un éxito tras otro

sin solución de continuidad

y ví que era bueno sumar:


La vida es una suma de experiencias,

no siempre exitosas, de las que solemos

aprovechar una parte y la otra se pierde.


Había que aprovechar el envión

del éxito que se acumulaba. Pero al sumar

a esa velocidad un éxito tras otro sin parar,

no podía capitalizar esa experiencia

en un sentido positivo.


Ahora estoy sumida en la confusión

de un mar ancho y ambiguo, con un

sinnúmero de sentidos que me suman y me exceden,

sin poder determinar cuál era el verdadero.


Habiendo precipitado en la inacción 

y sabiendo que la vida es movimiento, 

me pregunto:  

 

¿era éste el sentido de la vida?

¿o la decepción es algo pasajero?



martes, 12 de marzo de 2024

Una prueba de amor

 

(Virtudes Amarante)

 

Me hubiera gustado enamorarme de mí,

de corazón a corazón, 

¿Sabés que sí?


Nadie me entendería como yo, estoy

casi segura. No sé, me hubiera gustado

pero no se dio hasta ahora.

Lo intentamos pero no funcionó.


Una lástima, me hubiera gustado

y hubiéramos encajado como anillo

al dedo, creo.


Pero no había química.


Ya lo olvidé, hay que aceptar

que el amor es así:


un sentimiento irracional sin

ninguna lógica y por completo

ajeno a la voluntad.


Y como si fuera poco 

con esa incertidumbre,

puede no ser correspondido 

como en mi caso. 


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