(Emeterio Askman)
El pastor Nemesio es un alma luminosa,
un Ser de Luz que emana amor a todos
sus hermanos, y quiere mostrarnos el
camino: el verdadero camino del Amor
para que todos tengamos acceso a la Luz.
“Yo también me colgaba de la luz..”
En su humildad infinita, el Pastor confiesa
las penurias de su origen miserable, y nos
enseña el camino de la superación:
Yo la pasé, me hice de abajo: Conozco el
hambre y la miseria como nadie; no me la
contaron.
Me deslomaba, año tras año, y siempre la veía
pasar; estaba cada vez peor. Fui ayudante de
peón de albañil, changarín, vendedor ambulante,
peón golondrina, reciclador urbano y botellero.
Pero nunca perdí la fe: Sabía que el esfuerzo
personal siempre da frutos.
Hasta que un día el Creador me iluminó
y comencé un emprendimiento: Vendía paltas
en la calle, que obtenía del árbol de un vecino
y ahí cambió mi suerte.
Crecí, contraté otros vendedores, fui haciendo
una diferencia y me amplié. Luego, ví que era
bueno crecer y aposté a la diversidad:
Me diversifiqué, y a medida que crecía
aparecían otras oportunidades…
Así, un día noté, que sin deberle nada a nadie
había amasado una fortuna: Era lo que necesitaba
para invertir y seguir emprendiendo, ya a otra
escala y con renovada fe:
Mis negocios inmobiliarios florecían, como también
los agropecuarios, y otros que prefiero omitir, para
no extenderme. Mi expansión no tenía límites, y
tenía la oportunidad de seguir creciendo.
Entonces reflexioné: ¿Sin deberle nada a nadie?
Recordé mis orígenes, las privaciones y
la miseria de aquellos años oscuros, y de toda esa
oscuridad brotó la luz: ¡Todo lo debo a la Fe!
¡Esta Fe!
Y desde esa epifanía, decidí que la Luz no es
tal si no se la comparte: como el Amor, necesita
darse para crecer y reproducirse.
Y así fue que mi inicié como Pastor. Las fuerzas
del cielo me iluminaron, me eligieron y aquí estoy:
Nemesio Newman, vuestro hermano, un humilde
Ser de Luz al servicio de todos los que quieran
seguirme, en el camino luminoso del Amor.
¡Soy Amor, emano Luz, desde este humilde
cuerpo terrenal!
¡Siganme, que no los voy a defraudar!
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