(Germán Singerman)
Ayer me supe capaz de todo,
aunque sabía que era algo temporal,
lo sentí así; hoy ya no.
Las capacidades, naturales o no,
están sujetas a condiciones temporales:
No se puede contar con que el tiempo
nos acompañe siempre.
Lo más sensato es trabajar en la propia
capacidad de aceptación para incorporar el
cambio, aceptarlo e integrarse a todo lo que
cambia con sabiduría.
Sólo así, podremos tratar de aprovechar
el tiempo: No se sabe cuánto es.
Mañana, podría sentirme más capaz que hoy,
o inclusive que ayer. O podría estar muerto,
que es casi como no estar; no sabemos.
La diferencia es clara:
Un muerto no puede hacer nada, no es capaz.
Mientras que uno de los nuestros, al saberse
capaz de todo, lo más probable es que no
haga nada.
Ayer no hice nada, pero era capaz de todo
y nadie me quita esa experiencia única,
o casi única (no sé cuántos éramos)
No hay comentarios:
Publicar un comentario