(Aparicio Custom)
Solo, ante el espejo
tuve que aceptar la realidad:
Mi remera verde no puede más,
ésta es la última vez que me
veré con ella.
El cuello luce gastado,
desbocado y tiene algún respiradero
en las axilas.
Nunca fui de levantar la mano, pero
no se puede andar así por la vida, ni
siquiera por la calle ¿Que van a pensar?
Nunca me importó lo que piensen
los demás, pero uno no está solo;
está la familia.
La voy a extrañar. El ligera, suave, más
cómoda que otras y no me tira por ningún
lado. ¿Tirarla?
No, quién sabe quién la agarre. Siempre
estuvo conmigo. Podría dejarla para trapo.
Pero sería triste verla así, degradada en su
función después de haberme acompañado
tanto.
Hay que soltar, dice mi mujer.
Hay que andar liviano por la vida…
Puede ser. Mi remera verde agua es la más
liviana de todas, por algo es la preferida y
la uso más que otras.
Me la trajo ella de Francia, junto a varias
más que también me gustan porque son
iguales en el corte, en la forma.
Pero por algún motivo ésta es la elegida:
la usé más y se gastó. No sé cuál será
su destino.
En realidad, no era verde agua: era verde
y fue perdiendo el color con el tiempo,
como se pierde todo.
Cada vez me gustan más los tonos pálidos.
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