(Olvido de la Fuente)
Con la lluvia, proliferan los mosquitos,
celebran caracoles y babosas, el sapo
baila a pata ancha y aparecen los turistas
de ocasión.
Vienen desde lugares remotos
a conocer la lluvia: Hay países extraños
donde la lluvia no llega. Nunca llovió,
ni paró de no llover, pero no pierden la
esperanza.
A ellos les basta con viajar y aventurarse
a los países lluviosos, conocer la lluvia
y verificar que existe, para volverse con
la esperanza renovada.
Algo parecido a cualquier creencia religiosa,
sólo que no hace falta viajar, conocer, ni
verificar para aventurarse en la fe:
Una aventura más segura.
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