(Nicasio Uranio)
La Naturaleza es sabia. La savia es mucho
más antigua que cualquier tipo de sangre,
fría o caliente y nos va a sobrevivir.
La fotogénesis hizo posible todas las formas
de vida que conocemos, hasta alcanzar la
nuestra, en la cima de la evolución.
A pesar de nuestro progreso histórico e
irrefutable, la sabiduría de la Naturaleza
aún nos excede:
Estudios científicos avanzados, no sólo han
logrado aislar el gen que nos hizo carnívoros,
sino que observaron un hecho particular,
hasta ahora soslayado o ignorado:
El consumo de carne humana produce adicción.
De haberse perpetuado esa práctica común, hace
algún tiempo entre nosotros, la selección natural
se hubiera interrumpido, la evolución detenido,
y nada sería como es, al menos para nosotros.
Tampoco hubiera tenido lugar la evolución, sin
incorporar carne a nuestra dieta: Resultaba
fatigoso alimentarse de raíces, frutos, hojas
y pasar todo el día masticando.
La Naturaleza nos proveyó los recursos, como el
fuego, para acceder a otras carnes y transformarlas
en un producto consumible en forma segura y
saludable, y desarrollar a voluntad nuestra masa
encefálica sin tener que devorarnos entre nosotros.
Así, la carrera evolutiva que nos tiene como
protagonistas, pudo desarrollar su curso exitoso:
Hemos sabido desarrollar guerras, invasiones,
hambrunas, masacres, genocidios y otras prácticas
aún vigentes, que expresan la voluntad de progreso
y la vocación competitiva propias de la esencia
humana.
La lucha contra el prójimo no terminó, sino que
continúa por distintos medios. Pero no necesitamos
devorarnos unos a otros, ni matar para comer:
Eso está tercerizado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario