(Cósimo Stancatto)
A todas luces, es necesario volver
a las fuentes.
No es que no alcance la generación
de luz, sino que su distribución es
deficiente.
¿No se ve? ¿Faltaría más?
Tal vez mis fuentes sean dudosas,
pero a la luz de la Historia, se puede
ver una constante:
Mientras unos pocos iluminados
gozan del exceso y se encandilan
con su propia luz, valga la metáfora,
el resto vive sumido en la zozobra
y la penumbra, creyendo que la luz
es algo ajeno, que no les pertenece
aunque la paguen, y siempre será
así.
Y que todo lo que son y lo poco que
tienen, se lo deben a los iluminados.
Hay quienes nunca ven la luz,
y sobreviven en la oscuridad hasta
la muerte:
Deberían agradecerlo, así no sienten
el cambio. Dicen los seres de luz.
¿Será por siempre así?
¿Habrá que seguir pagando costos
excesivos hasta el fin de la luz?
¿Es un problema de distribución
o es un exceso justo y consensuado?
Yo vacilo, nunca fui un iluminado,
y no necesito mucha luz para vacilar
con algún éxito:
Creo que habría que volver a las fuentes,
o buscar otras más confiables para que
las próximas generaciones no vacilen,
ni sufran los excesos ajenos, ni los cortes
de luz totales o parciales pero siempre
arbitrarios.
Y nada vuelva a ser ajeno.
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