(Nicasio Uranio)
Ayer pensaba sin tapujos,
cómo cuesta pensar
sin condicionamientos externos.
No se lo diría a nadie, pero tengo
para mí que estamos avanzando
hacia la autocensura del pensamiento.
Tal vez sea algo natural a esta etapa
de la evolución.
Hasta ayer, creía en el pensamiento
propìo como única salida. Y que había
que defender la intimidad inapropiable
del sujeto: esa subjetividad única, tal
vez el último refugio donde ejercer su
libertad individual.
Ahora vacilo ¿Por qué habría de estar
pensando aquello que no se espera que
alguien piense?
Por la misma razón, no puede expresarse
libremente. Luego, ¿Debería confiar en
lo que no puedo compartir con nadie?
¿Y si estuviera siendo operado o manipulado
por otro pensamiento cuya fuerza y acción
desconozco?
¿Hasta dónde es dable confiar en el pensamiento
propio si no hay el control suficiente de todas las
variables, como para estar seguro de su propiedad?
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