miércoles, 31 de enero de 2024

Pisos disponibles

 

(Carlos Inquilino)

 

Tenemos un piso y un techo,

es lo que sabemos:


No sabemos cuánto es, ni

cuánto no, ni cuál es el techo

de nuestros merecimientos.


Pero hay que seguir participando,

la vida es lucha; no sabemos

mucho más, ni parece necesario:


Sabemos lo que hay que saber:

Tenemos un piso, y un techo

para empezar, y algunos ni eso.


El que sepa pisar fuerte

el techo del otro, avanzará un

casillero y tendrá oportunidades

para elevarse, hasta alcanzar su

techo.


Los otros levantarán sus casillas

precarias en los asentamientos que

crecen a un ritmo sostenido, a la

par del desarrollo sustentable.


Para sostenerse, y luego elevarse,

hay que pisar fuerte, empezando

de abajo.


La vida es lucha, por lo que sabemos:

Saber defender lo que pisamos

y el techo propio, si es que se alcanza

(una vida, a veces no alcanza)


Sabemos que la vida es lucha,

hay un techo y un piso.


También sabemos que todos nuestros

techos son provisorios, y que hay que

pagar el derecho de piso:  el más propio

y exclusivo de los derechos humanos. 


Dios y la división de poderes

 

(Encarnación Segura)

 

Agazapado como un huevo oriundo

abandonado por todos sus catetos,

en la intemperie que creara:


Solo como un dios incomprendido

por sus pares, pensó en sí mismo,

en todo lo que tenía para dar, en la

fuerza de su amor inmensurable

y en las virtudes de su propia

abundancia interna.


Esa riqueza infinita merecía compartirse,

al menos:


Podemos estar mejor, se respondió a sí

mismo como única fuente de saber y

conocimiento justo (si hay algún

conocimiento justo y verdadero, es el

Divino)


Pero flotaba una duda en el aire eterno

de su intemperie óntica, magnífica y

perfecta:


Puedo crear lo que desee, y destruirlo

en un soplo si no me complace, u

obedece como Yo mando.


Y puedo volver a hacerlo todas las

veces que se me ocurra.


Pero no puedo despejar aquella duda,

tan antigua, acaso como yo.


No sé si soy el único que duda

entre los dioses ¿Hay otros?

¿Cuántos somos?


Tampoco estoy seguro, y no puedo

dejar de reconocerlo: Como semejante,

me siento más bien dudoso.


Sólo en este pequeño mundo, una

fracción insignificante de toda mi

manufactura, mi rebaño cuenta con

4.300 religiones y 30.000 dioses,

que se siguen reproduciendo.


Mientras Yo, el eviterno, el verdadero,

agazapado y solo como un huevo

abandonado, sigo osanando sumido

en esta vacilación Divina.


martes, 30 de enero de 2024

Proporciones

 

(Serafín Cuesta)


Es más fácil mantener un cuerpo

proporcionado, que ser proporcional.


Yo fracasé como proporcional:

La proporción no es profesión

ni una fe a profesar.


Si fuera profesor, tendría mis alumnos

preferidos sin duda, como los tuvieron

mis profesores, que en paz descansen.


A mí nunca me tocó, no calificaba para

preferido.


En una clase, hay tres clases de educandos:

el grupo de los buenos alumnos, que son

pocos y compiten entre sí; el grupo más

numeroso de los que no se destacan en

ningún sentido, y otro menor, compuesto

por los díscolos, revoltosos y los que

simplemente no muestran ningún interés

en la materia, en la clase, ni siquiera en

alterar el orden: una participación pasiva,

como si estuvieran allí por obligación

(lo que también es una forma de alterar el

orden, quizá la peor)


En esta categoría estaba yo: Las clases, en

general no me proporcionaban ningún interés.

Yo tenía otros intereses, no sabía bien cuales

eran pero sabía que no estaban ahi.


En proporción directa a mi desinterés

por esa clase de conocimiento que transmite

por imposición, me resultaba fácil distraerme,

evadirme, liberarme dibujando o jugando

con otro como yo: Siempre encontramos un

cómplice para casi todo.


Nunca fui proporcional:

La proporción es una condición de la belleza,

el arte y las relaciones simétricas (que no

solemos frecuentar, ni nos son naturales)

y poco más.


Pero también hay belleza en la desproporción,

y un arte del exceso.


La proporcionalidad es una cuestión matemática.

Fuera de eso, la vida no la contiene casi nunca, y

se sabe que la búsqueda sistemática e intensa

de la proporción, es propia de personalidades

obsesivas:


Evitemos los excesos, cuidemos nuestra porción

habitable de sinsentido humano, manteniendo una

sana relación con el cuerpo en distintas proporciones.



lunes, 29 de enero de 2024

La función y el verbo primordial

 

(Serafín Cuesta) 


El milagro funcionó,

ahora todo funciona como debiera:

está a la vista, hay que creer

o reventar.


Algunos cuestionan y se quejan,

aún no logran adaptarse:


Es natural que los cambios

que produce la evolución

generen algún rechazo,

siempre fue así; así funcionamos.


Todos los cambios encuentran

cierta resistencia al principio,

sean del signo que fueren.


Pero una vez funcionando

terminan imponiéndose.

Es difícil volver atrás y nadie

quiere volver al pasado:


Esta frase siempre funcionó,

y este verbo es puro rendimiento:

funciona en toda condición y

circunstancia sin declinar.


Es más, es un verbo que puede hacer

milagros: funciona por sí mismo y

cada vez mejor, a medida que nos

vamos volviendo funcionales.

sábado, 27 de enero de 2024

Huye de lo que te exceda

 

(Malcolm Mercader Ergástulas)

 

Huyó sin ser notado.

Notó que nadie lo notaba

y eso lo tranquilizó,

para seguir huyendo.


Era un hombre tranquilo,

sereno y pacífico como un

océano, o sea una persona de las

que siempre pasan desapercibidas:


Su presencia no incomoda, ni se

extraña al faltar, ni se advierte:

Es casi idéntica a su ausencia.


Por ejemplo: acá no está, doy fe.

Pero podría estar y nada cambiaría:


Sabe estar ausente sin ausentarse

y hacerse presente sin que nadie

lo note.


Invisibilizarse es un arte, son pocos

los que dominan esa técnica. En el

primer intento todo el mundo falla,

como en todas las artes.


Pero la constancia en el tiempo

da sus frutos; quien lo logra, es

como si conquistara el mundo:


Otro mundo, algo más extraño que

éste y al que cuesta adaptarse.

Casi todos terminan huyendo,

aunque casi nadie lo nota.


viernes, 26 de enero de 2024

Empuñaduras naturales

 

(Horacio Ruminal)

 

Presente en el manubrio, la pala,

el palo de golf, la raqueta, el escalpelo,

armas de mano, puñales y hasta en las

manijas de nuestras puertas, etcétera:


La empuñadura es hoy algo tan común

como las manos: Sin ellas no hubiéramos

podido manipular casi nada, y andaríamos

a los tumbos, dependiendo de la generosidad

de la Naturaleza.


Hoy nos resulta natural tener siempre una

empuñadura al alcance de la mano

y viceversa. Pero hicieron falta miles de años

de evolución sostenida para llegar aquí.


El conocimiento obtenido, gracias a nuestros

puños, nos permite saber que la capacidad de

empuñar, fue lo que nos elevó por encima de

los otros animales y de todo el mundo sensible.


Todavía hay un puñado de cosas que

no alcanzamos a empuñar, pero tenemos

el mundo en nuestras manos y confiamos

ciegamente en nuestros puños.


Nuestra voluntad es fuerte, seguimos avanzando

y al que se oponga lo agarramos a trompadas:


Detestamos la violencia, pero sabemos

que la fuerza del puño y las armas empuñables

que disponemos, son un buen instrumento

disuasivo y siempre funcionó.


El orden, siempre se impuso por la fuerza

y ella está en nuestras manos: en el pulgar

oponible que desató la evolución, a partir

del puño.


Levantemos el puño con orgullo.

El nos hizo racionales, inteligentes, sanos,

superiores y sensatos.


Debemos reconocerlo: Todo lo que somos

lo debemos a la oposición.


jueves, 25 de enero de 2024

¿Lavan los peces sus pecados?

 

(Aparicio Custom)

 

Los peces pecan poco,

no nadan las aguas del pecado

aunque saben deslizarse en

agua obscura.


Para ser más precisos,

o preciso en este caso,

pecan poco y nada.


No necesitan. En verdad,

necesitan poco y nada.


Les basta el agua, con algún

alga, y disponer de otros peces

para comer y comerciar:


La dependencia del semejante,

o prójimo es común a todos

los seres vivos, pequen o no

pequen.


El resto, es puro metabolismo

que se cuece en el agua y fluye

como si nada.


II

A decir verdad, el pez no nada:

No sabe bracear ni patalear, y

es inútil enseñarle.


Se conforma con adaptar su cuerpo

tubular y desmembrado al movimiento

de las corrientes, aprovechando esa

fuerza ajena en un sentido o el otro.


Eso es todo, y le basta para sus necesidades

básicas y elementales como el agua.


Los peces sólo conocen del mundo

la parte de abajo, viven sumergidos

en ese inframundo sin poder acceder

al conocimiento verdadero que yace

acá arriba.


Y cuando lo hacen, significa la muerte:

Hay cosas que es mejor no conocer.


III

Los peces viven de la pesca, como

nosotros, aunque no saben practicarla

más que en el agua.


Nosotros pescamos en agua, tierra,

aire y aledaños y estamos siempre a

la pesca de nuevas oportunidades.


En su medio, son excelentes pescadores

y han desarrollado recursos muy

sofisticados tanto para pescar, como

para no ser pescados.


El agua puede parecer mansa y tranquila

vista desde arriba, pero ahí abajo hay un

tráfico intenso y todo el mundo sabe que

tiene que estar alerta:


Al menor descuido, sin darse cuenta de nada,

en un momento pasan a ser parte de otro

metabolismo, sin pecado concebido.


miércoles, 24 de enero de 2024

Nombres que se pierden

 

(Nicasio Uranio)

 

Olvidé mi nombre de pila

mientras me depilaba

la lengua.


No tendría que afectarme, puedo

prescindir perfectamente. Casi

que no lo usaba, no suelo llamarme

por ese nombre que ni siquiera

elegí.


No voy a llamarme a engaño:

Puedo hacer las mismas cosas que

hacía con él, antes de olvidarlo, e

incluso alguna más, como este

poema aún sin nombre.


Mi lengua luce bien, conserva su

lugar, su brillo y filo intactos.


No nos engañemos, uno no elige

casi nada: ni su nombre, ni su lengua

materna, ni a su madre.


No hay que depilar nada sin necesidad.

No depiles tus necesidades,

no dilapides tu palabra.


Las primeras personas

 

(Serafín Cuesta)

 

Yo sospecharía de nosotros,

en este orden

y en los subsecuentes.


En primer lugar,

cualquier plural es sospechoso

si se trata de personas

o sujetos:


La sospecha es constitutiva

de la agregación, no importa

el número de objetos o sujetos.


Hablemos de mí, dice el sujeto

propio y nos incluye sin autorización

en su primera persona del plural:


No queremos volver a…


Yo no sé si quiero volver ahí

ni sé si quiero ser parte de ese sujeto

pegajoso como un atrapamoscas.


La trata de personas existió siempre,

como el orden sintáctico y el carácter

representativo de los verbos transitivos

y los modos verbales de ocupar el

tiempo:


Todos somos responsables, en alguna

medida; sospecho.


Hablo en nombre de los sin nombre,

me gustaría más pero resulta excesivo.


Hablo en nombre de los que no se

sienten representados, ni lo desean…

No, no sería ético atribuirse una

representación ajena al deseo.


Hablo en nombre mío

y de ningún otro, debería decir

el emisor para estar libre de sospecha.


Pero en los tiempos que corren

hasta la libertad se ha vuelto sospechosa.


Sospecho que no soy uno de nosotros,

parafraseando al General,

que se apersonó en nuestra historia para

dignificarnos, y hacernos una patria libre,

justa y soberana.


martes, 23 de enero de 2024

El único lugar seguro

 

(Aparicio Custom)

 

¿Qué es un nicho, papá?


-Un nicho es un lugar seguro, como

un refugio vendría a ser.


-Ah, es para la guerra…


-No, se usa en un sentido figurado, y

tiene otras aplicaciones que derivan del

nicho original: el lugar donde se guardan

los cuerpos de los muertos.


-¿Para qué se guardan?


-Bueno, algo hay que hacer. Algunos no

lo hacen: los mandan al crematorio y

conservan sus cenizas en una cajita.


-Las guardan…


-Sí, aunque no siempre. Muchos las llevan

a algún lugar o las tiran por ahí.


-Y se quedan con el nicho vacío, para darle

otro uso…


-No, no tienen otro uso. Lo que tiene otros

usos es la palabra: Ahora nicho significa

más cosas. Olvidate de los muertos.


-¿Hay que olvidarlos?


-No, depende; a algunos sí. A las personas

que quisimos no las olvidamos tan fácil. Te

decía que te olvidaras para entender el otro

sentido de nicho.


-¿Hay otros nichos?


-Sí, ahora son muchos. Para que lo entiendas

mejor, un nicho es un espacio.


-¿Esta casa es un nicho?


-No, no es un espacio físico; es uno que no

existe en la realidad pero se usa para decir

que ahí se puede hacer o cultivar algo que

no es común fuera de ese sitio. Por ejemplo:

Hay nichos de dignidad, de justicia, honestidad,

solidaridad… Así como hay nichos de pobreza

o de riqueza y nichos donde se cultivan ciertos

negocios.


-Son muchos, hay para elegir…


-Hay cierta libertad, pero tampoco tanta.

En realidad no gozamos de mucha libertad,

pero hay nichos.


-¿La libertad avanza?


-No, al contrario. Pero hay nichos disponibles

para todo. No creas mucho en lo que dicen las

palabras: suelen esconder algo bien distinto de

lo que significan.


-Son como nichos…


-Sí, pero no son un lugar muy seguro.


-¿Hay algún lugar seguro?


-No, lo más seguro son los nichos.


Alumbramiento

 

(Amílcar Ámbanos)

 

Es común entre los débiles

celebrar cuando nace un alma

fuerte:


Lo necesitábamos, el cielo nos

escucha.


Los débiles agradecen este alumbramiento;

saben que no ocurre con frecuencia

y las generaciones pasan.


Esperaban esa luz, como quien espera

una señal divina.


Hacía falta alguien que nos guíe, nos

enseñe el camino y nos lidere.


(Es común entre los débiles

reconocerse parte del rebaño)


Ha nacido un alma fuerte, es natural

que celebremos y cantemos.


¿Seremos el rebaño elegido?



“Un alma fuerte no nace del paraíso,

desciende del infierno”

(Antonio Porchia)


domingo, 21 de enero de 2024

Cantos envidiables

 

(Serafín Cuesta)

 

¿Por qué será, que el gallo ajeno

siempre canta mejor que el propio?


Se lo percibe más afinado, pero también

más preciso en el fraseo, la métrica, los

cortes y las pausas.


¿Será que éste no llega a desarrollar lo

suficiente su autoestima?


¿Será que no cuenta con los estimulos

necesarios? ¿Acaso no sea tan feliz

como ese otro?


El filósofo cavilaba sin sosiego

buscando una respuesta reveladora:

la causa profunda de las diferencias

del canto genérico y su relación con

la propiedad, ese sentido, junto a los

vaivenes ontológicos de nuestra

percepción, siempre parcial y no menos

arbitraria.


El hombre cavilaba, vacilaba entre

su condición de receptor y filósofo,

y el movimiento del canto, que el ave

repetía con un dejo de goce.


Sospechaba de esos sonidos articulados

y de su propio pensamiento propio:


Ahí podía estar la clave de la imposibilidad

humana de entender el mundo y conocerlo

en un sentido profundo.


Ese conocimiento esencial para alcanzar

el entendimiento entre los hombres,

y también con otras vidas.


Por qué será, se preguntaba, que el gallo

canta y yo pienso…


Por qué, cuando pensamos comparamos.


¿Por qué no puedo dejar de comparar,

y disfrutar del canto ajeno, tanto

como del propio?


¿Es que nos cuesta más valorar lo propio

que lo ajeno?


¿Será que no tengo el gallo que merezco?


¿O será que yo no tengo gallo?


sábado, 20 de enero de 2024

Renovación y cambio

 

(Serafín Cuesta)

 

Renovamos aspiraciones, cargas

de artefactos, deseos, artefactos,

células y esfínteres.


Invertimos en cargas, recargas, objetos

y renovaciones, y sabemos invertir la

carga de la prueba.


La capacidad de inversión, es una prueba

fehaciente de la evolución alcanzada.


Renovamos nuestros vencimientos:

La renovación es una forma de inversión.


Necesitamos nuevas células para seguir

invirtiendo y desarrollando: Confiamos

en la reproducción inteligente de nuestro

capital biológico:


Somos lo más avanzado en biomasa

y venimos liderando el movimiento

evolutivo de la materia orgánica.


Nuestra capacidad de adaptación

es portentosa y a ella debemos casi todo

lo que somos y la posición que gozamos:

Supimos adaptarnos a cualquier cosa:


Es eso lo que nos hizo superiores: Nuestros

miembros se adaptaron a la nueva posición,

nuestra dentadura se adaptó y lo sigue

haciendo.


Todos nuestros órganos están en continua

adaptación: Tenemos aptitud y vocación

de cambio.


Las aspiraciones no declinan, y se adaptan

a las nuevas realidades que nosotros mismos

producimos:


Entrañas, dientes, jugos gástricos y esfínteres

de última generación nos muestran disponibles

para tragar todo tipo de sapos, culebras y otras

alimañas con resultados positivos y un éxito 

metabólico sin competencia.


Somos metabolismo superior, con vocación

de crecer,


viernes, 19 de enero de 2024

Otras ventajas del fracaso

 

(Epifanio Weber)

 

Tenía el fracaso al alcance

de la mano, pero no pude

alcanzarlo.


Tal vez la inmadurez, tan

propia en un novicio...


Pero no es el caso, ya me

pasó otras veces. El tiempo

degrada las oportunidades y

repetimos la maniobra como

si fuera un vicio.


No, no hay que descartar

el lado útil de la reproducción:

Siempre lo hicimos

y siempre funcionó.


Gracias a esta función vital,

estamos acá reproduciendo

fórmulas, cuerpos y mandatos

provenientes del ensayo y

el error.


¿Acaso el gusano se pregunta

si merece su reproducción?


¿Se lo preguntó antes la

bacteria primordial?


Se descarta por falta de evidencia,

y ellos no califican como sujetos:

carecen de conciencia, sólo saben

reproducirse y arrastrarse.


Por el contrario, el sujeto no se

reproduce; todos los intentos

fracasaron.


Pero conoce que no existe el

fracaso completo, y la plenitud

tampoco:


Todo fracaso el parcial, como

el conocimiento.


jueves, 18 de enero de 2024

El poema sublime

 

(Pascual Rambler)

 

Estaba en condiciones de escribir

un poema sublime. Pero al momento

de poner manos a la obra, encontré

que no tenía nada que sublimar.


No me resigné: los poetas suelen

adelantarse a su tiempo; era cuestión

de bajar la vara. La inspiración puede

hacer maravillas con pocos elementos,

me arengué para insuflarme más valor.


Me sentía bien insuflado, pero ella, la

inspiración, se hacía desear.

No iba a bajar los brazos, no es mi estilo:

Con inspiración escribe cualquiera, y no

es mi caso: nunca me reconocí como un

cualquiera.


Las condiciones adversas representan un

desafío, sólo los débiles abandonan. Los

otros nos adaptamos y seguimos adelante:

Sólo es cuestión de bajar la vara, me

repetí.


El verdadero poeta escribe en cualquier

condición y circunstancia; nada ni nadie

lo detiene, porque es libre:


Nadie puede ser más libre que un poeta:

se rebela a todo condicionamiento externo

y conoce su misión: revelar que hay otros

mundos y otra libertad posible.


Puede escribir en silencio, pronunciarse en

soledad o entre las masas vociferantes.

O hacer silencio y no escribir; nadie lo obliga:

es libre.


Sólo el poeta verdadero puede escribir

sin tener nada que decir. Pero se cuida

de hacerlo en forma deliberada y nos

engaña con su arte: Todo arte es una

forma de engaño.


Es libre de repetir, citar, parafrasear, copiar,

robar y arrepentirse o no. Y de bajar la vara

tantas veces como desée.


El poema sublime siempre puede esperar.


El origen del movimiento vivo

 

(Carlos Inquilino)

 

El movimiento se demuestra andando,

después no digas que no te avisé.


-¿Adónde vas?


-No sé, voy a salir por ahí, ahora

a ver qué pasa afuera. Siempre algo pasa;

es lo que pasa siempre.


-Siempre que llovió paró…


-Sí, hay que aprovechar que ahora no

llueve, no sabemos por cuanto tiempo:

No me voy a quedar parado esperando

llover.


-¿Qué diferencia hay?


-Tal vez andando por ahí, sin darme cuenta

me incorpore a algún movimiento pasajero

o temporal.


-Está bien, hay que aprovechar todo lo que

se pueda la condición temporal.

 

-Claro, a eso vinimos. Ahora es cuando.


miércoles, 17 de enero de 2024

El rebaño elegido

 

(Aparicio Custom)

 

Somos una especie nueva,

en plena transición:

Todavía no llegamos ni

a la mitad de lo que podemos

llegar a ser.


Somos una especie joven,

dinámica y emprendedora,

que tiene todo por ganar:


Estamos aún en formación,

somos una subespecie nueva

de primates parlantes, productivos


y voraces que en su breve historia

ya ha dado sobradas muestras de

su potencial incalculable.


Podemos no tener techo, pero sin

duda somos los elegidos:


No sólo somos los únicos en producir

conocimiento útil entre todos los seres

animados, sino que en este humilde

segmento de tiempo ocupado, no sólo

conquistamos el mundo, sino que ya

hemos acumulado suficientes méritos

para aspirar a más.


Somos una subespecie novedosa,

cargada de futuro: anunciamos algo nuevo:


La experiencia acumulada en pocos siglos

tiene un valor incalculable, que aún no

acabamos de capitalizar.


Nunca hubo otros capaces de organizarse

como lo hacemos, y producir futuro:


Somos el rebaño elegido

y estamos llamados a transformarlo todo.


Sólo criaturas muy superiores podrían

alterar el Orden Natural, crear objetos,

producir valor, intercambiarlo e inventar

la agregación de valor, y rozar la perfección


en la creación abstracta que representa el

impuesto al valor agregado, que se traslada

en forma sucesiva hasta llegar al consumidor

final: ese infeliz que nada agrega y debe

pagar por eso.


¿Qué más perfecto y justo que el castigo

a los inútiles?


La selección natural se encargará de ellos,

es verdad, pero hasta tanto las autoridades

no pueden permanecer indiferentes.


Somos un colectivo nuevo, que siempre

mostró voluntad de progreso, vocación

de cambio, y no para de crecer.


Creemos en el crecimiento indefinido

y en la expansión sin término de nuestros

valores superiores.


No es poco lo que conseguimos, apenas

en un periquete de tiempo cósmico.


Y, como valor agregado, también

inventamos el amor, cuyo patrimonio

legaremos al mundo futuro.


¿Cómo no sentir el legítimo orgullo

de sabernos el rebaño elegido?


martes, 16 de enero de 2024

La evolución de la carne

 

(Horacio Ruminal)

 

La carne es fruto de la evolución:

La evolución del mundo no sería

tal sin la presencia de carne:

 

Podemos afirmar sin riesgo que

la carne es el producto que más 

evolucionó.


La carne evolucionó hasta producir

dientes destinados a deshacer carne,

no es poco.


Pero la evolución no concluyó, no

sabemos cuál será el destino de la

carne. Pero sabemos que es un buen

alimento para nuestra carne en plena

evolución.


Somos carne, reconocemos las ventajas

de pertenecer y encarnar el segmento

superior de este espacio productivo:


No hay una carne más altamente

organizada que la nuestra; no somos

cualquier carne:


Hemos desarrollado la capacidad de

producir las carnes que necesitamos

para mantener nuestro desarrollo

sostenido.


Conocemos las propiedades de las

diversas carnes, sus beneficios, valores

nutritivos y contraindicaciones.


II

La carne alimenta nuestras más altas

aspiraciones, y también las otras:

Nos fortalece y permite evolucionar

sin pausa, mientras otros se comen

entre sí.


Es dura la vida para los seres de carne,

sean carnívoros o no.


Por fortuna, nosotros somos omnívoros

y disponemos de una dieta variada, como

para no aburrirnos y sobrevivir a los cambios

imprevistos de condiciones naturales.


Además, producimos nuestros propios alimentos

gracias a esta inteligencia superior, que debemos

a la carne.


Por fortuna, mientras otros se comen entre sí,

a nosotros no nos come nadie, salvo por un

descuido ocasional o un accidente.


En otros tiempos lo hicieron, pero no pudieron

competir con nuestro ritmo evolutivo y hoy

vivimos tranquilos, en paz y disfrutando una

posición justamente ganada, tanto como las

diversas carnes que aroman y enriquecen

nuestros platos con su gama de sabores

disponibles para satisfacer los paladares más

exigentes.


Los animales, en cambio, ni siquiera pudieron

desarrollar su paladar: comen siempre lo mismo

y persisten en el hábito de comerse entre sí.



III

A nosotros nos respetan, es posible que reconozcan

nuestra superioridad evidente, como también que

la carne humana no les sepa tan bien y no figure

entre sus preferidas.


Hace mucho que producimos conocimiento, pero

en algún estadío remoto de la carrera evolutiva

nosotros también la probamos (hay que probar

de todo, para conocer y crecer)


Aunque el costo era elevado,

y según fuentes confiables,

sabían mejor las otras carnes.


La realidad de hoy es muy otra:

El desarrollo sustentable multiplicó

las oportunidades y redujo los costos

a valores aceptables.



lunes, 15 de enero de 2024

Una luz bajo el nivel del túnel

 

(Serafín Cuesta)

 

Soliviantado y solo

desenfundé mi luz interior

y vi que amancillaba.


Era tarde para esperar

los beneficios de un cambio,

suponiendo que fuera verdadero

y aceptando que las verdades cambian,

y que tal vez sea esa la única verdad verificable.

 

Era tarde para acogerse

al beneficio de la duda.

Nadie aspira a prolongar sus dudas

más de lo razonable:  Nadie sabe cuánto es.


Las aspiraciones cambian con el tiempo:

no aspiramos dos veces lo mismo.


Algunos sólo aspiran a llegar a viejos

y disfrutar en primera persona

la declinación en curso de este mundo

en avanzado estado.


Nunca tuve esta aspiración, ni otras

para intercambiar con algún prójimo

o aspirante.


En nuestra escueta historia, pocos aspiraron

a cambiar el mundo. Fueron menos los que

lo intentaron, y todos fracasaron.


¿Un resultado justo?

Sí, si consideramos que la voluntad

de las mayorías es justa.


Yo siempre tuve dudas, pero era tarde

para cambiar de ambiente, de compañía

o aspirar a otra cosa.


Tenía la luz que necesitaba

para sumergirme en pensamientos vanos

sin ningún destino: ¿Qué se puede esperar

de los destinos?


Podía sumergirme, hasta veinte atmósferas

y disfrutar de mi reloj sumergible heredado,

tantas veces como deseara.


¿Hay algo más deseable que repetir?


amor y anticuerpos

 

(Helena Mora)

 

Un anticuerpo proactivo

conoció a un cuerpo propasivo.


Se vieron y se unieron

sin pensar ni vacilarlo,


negativo y positivo,

activo y pasivo,

cuerpo y anticuerpo.


Había química ¿qué más?

Nada podría separarlos:


¿Fueron siempre el uno para el otro?

¿o lo inverso?


Necesidades y deseos son expresión

de funciones químicas. Somos pura

química, aunque no somos puros ni

podamos serlo:


¿Nos unen impurezas?

¿Es el amor que pasa?


¿Es la Alguimia Divina que hace arder

los cuerpos y sus anticuerpos en mutación

buscando la Unidad?


Positivo y Negativo se rechazan y se atraen

en un juego que los funde y consume,

confundidos en su ilusoria y provisoria

unidad:


El amor es combustión, no hay amor

para lo neutro ni pasaje de fluidos

entre neutralidades afines opuestas

por el vértice.


El paso del amor no puede ser neutralizado:

El amor vence, luego pasa a otro estado

hasta completar su ciclo dentro de la

fecha de vencimiento.


El amor cambia la vida

de cuerpos u anticuerpos.


Es pura química el amor


(el resto somos impurezas aptas para el

consumo e intercambio de bacterias que

se agitan y se inflaman y se reproducen

a imagen semejanza, según los términos

de el Amor Divino)


domingo, 14 de enero de 2024

El valor de un gesto

 

(William Arsenio Pereira)

 

Hoy tuve un buen gesto,

un gesto valioso, podría decirse.


Pero no noté que nadie más

lo valorara.


Entonces tuve una actitud decorosa

y lo acepté con sensatez: cada uno

tiene sus valores, es posible que el

valor de mi gesto no sea compatible

con otras valoraciones y escalas de

valores.


Quienes cultivamos la humildad

como valor, no buscamos ni esperamos

el reconocimiento de los otros:


No necesitamos ninguna aprobación

ajena para confirmar el valor

de un gesto nuestro.


Conocemos nuestros valores y sabemos

que son los correctos: No tenemos nada

que esperar de ningún otro y nos complace

haber tenido un gesto como ese: 

 

Sólo por eso lo hacemos, sin esperar recompensa.

 

La humildad es así, los humildes no esperamos

nada de lo que se puede esperar.


Me mantengo ajeno al reconocimiento

externo; nunca lo necesité.

Y eso no me impide cultivar la humildad

con éxito, aún sin el reconocimiento merecido:


No lo necesito, yo sé lo que valgo.

Sólo yo sé, me dije con un guiño cómplice:

Un buen gesto que supe valorar.




sábado, 13 de enero de 2024

Señales y señuelos

 

(Nicasio Uranio)

 

Hay señales que no capto;

tal vez ni las necesite,

no lo sé.


Puedo no ser un buen captor,

acepto: hay que aceptar la

realidad, aunque primero hay

que captarla.


Cada realidad es distinta y cambiante,

sólo una parte se comparte: otras no,

y otras ni las captamos.


Hay señales que me son ajenas;

podría intentar captarlas de todos modos,

si supiera que me interesan y fuera

un buen captor.


Nunca fui un gran captor, ni uno avezado.

De chico celebraba cuando lograba

capturar un insecto desconocido:


Es común que a los niños les atraiga lo

desconocido. Después van conociendo

el mundo, crecen y lo superan.


Mi hermana evaluaba al insecto, y si lo

merecía lo pinchaba con un alfiler para

agregarlo a su colección: una buena señal

para mi; mi trabajo era reconocido.


El mundo está plagado de señales, algunas

útiles y otras más dudosas.

Recibimos algunas, y aunque pudiéramos

captarlas a todas, es probable que no

supiéramos interpretarlas en realidad.


La realidad es compleja y cambiante,

hasta las señalizaciones cambian. Hay que

saber aceptar la parte que nos toca, aquello

que aún captamos.


Quien acepta su realidad sin cuestionar

no necesita otras señales, ni espera

captarlas:


Es suficiente con las que conoce,

una realidad que agradece.


viernes, 12 de enero de 2024

Desovando la duda

 

(Aparicio Custom)

 

Encontré un huevo

en mi propiedad registrada.


Podría haber otros, que no

alcanzo a registrar. Los hay

de muy diversas formas y tamaños,

algunos demasiado pequeños para

ser registrados e identificados:


Nuestro registro de huevos es bajo.


¿Cuántos huevos conocemos?

¿Son más los que desconocemos?

¿Cuántos misterios caben en un

huevo genérico?


¿Será nuevo este huevo?


¿Habrá caído de un nido y ha de estar

siendo buscado por quien lo emitió?


Claro que no sólo las aves ponen huevos.

Uno no identificado abre un abanico de

posibilidades. Es dable dudar de lo que no

se conoce.


¿Tenemos más dudas que certezas?


Un hombre promedio no piensa mucho

en huevos: Para pensar no hacen falta

huevos, ni para otras actividades productivas.


Al hombre le alcanza con conocer los huevos

que puede comer, y producir lo suficiente

para merecer sus huevos.


Yo podría comer mi huevo, me pertenece:

estaba en mi propiedad registrada y me

lo encontré.


Pero no lo conozco, no tengo ninguna seguridad

de que sea comestible… Aunque en la naturaleza

todo es comestible; siempre hay alguno que se

como los huevos del otro, e incluso al otro…


No: lo que me falta es la seguridad de que sea

apto para consumo humano…

¿Pero acaso no lo es casi todo?


No, antes que comerlo es mejor vacilar.

No lo pienso comer aunque me tiente.


¿Qué hacer con este huevo?


No sé, un huevo no identificado es una

buena fuente de dudas:


Para identificarlo, habría que esperar

su evolución hasta la eclosión…

¿Quién comería eso?

 

Tal vez no sea lo que uno espera,

mejor esperar:


No sé si empollarlo o incubarlo

o abandonarlo a su destino oval,

ovoide, ovívoro.


jueves, 11 de enero de 2024

Reconocimiento tardío

 

(Germán Singerman)

 

Hay que estar preparado para la vejez;

puede llegar en cualquier momento

y tomarnos por sorpresa.


A un viejo, no lo sorprende casi nada:

está acostumbrado a no entender mucho

de lo que pasa a su alrededor, y más allá

menos.


Entiende que es natural que le resulte

ajeno lo que antes no lo era, y lo acepta:

es un viejo, no hay mucho que entender.


Hay que saber permanecer ajeno

y prepararse para el futuro, donde

la evolución de la enajenación se irá

pronunciando en todos los sentidos,

hasta perder la memoria, la movilidad

y la conciencia.


No hay mucho más que perder.


No todos estamos preparados para ser viejos.

Aunque sabemos que es algo natural

y una forma de evolución inevitable.


Nunca pensé en llegar a viejo, no era capaz

de imaginarme viejo, pero reconocía esos

signos en otros, menos y más cercanos.


Ahora me tocó a mi, ya llegué, y vacilo:

Casi que no me reconozco.


Si hubiera estado preparado sería otra cosa...


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