(Aparicio Custom)
Todos los días podemos sembrar
algo nuevo: a la sombra o al sol,
según las posibilidades disponibles
y la especie elegida.
Somos la única especie que elige
lo que cultiva. No es azaroso:
Somos la especie elegida,
e incluso contamos con pueblos elegidos.
Sembrar cizaña es una buena opción
para iniciarse: es de fácil cultivo y
se parece al trigo.
Pero no necesita ser sembrada, prolifera
sin ayuda: es un cultivo espontaneo.
No es como el trigo, tiene otras propiedades.
Si no se sabe diferenciar, se acaba cultivando
cualquier cosa y desperdiciando nuestra
capacidad de elegir.
Ante eso, hay que dejar elegir a los que saben.
Ellos conocen las distintas propiedades:
Es razonable confiarles esa elección
mientras disfrutamos de todo lo que podemos
elegir, que no es poco:
Elegimos lo que consumimos, según sus
propiedades y utilidades.
Elegimos una parte de lo que hacemos, lo
que somos, y sabemos elegir aquello que
no haríamos, si pudiéramos elegir.
Elegimos a nuestras mascotas
y a las personas que nos rodean, según
sus propiedades, prestaciones y servicios.
Buscamos una afinidad entre sus propiedades
y las nuestras, para que todo funcione y nos
reproduzca, y podamos seguir sembrando y
eligiendo.
El horticultor autosuficiente sabe lo que elige;
conoce la diferencia entre el trigo y la cizaña,
y entre las distintas malezas conocidas.
Sabe que para sembrar, primero hay que
desmalezar. Y sabe cómo proteger su cultivo
de invasores indeseables de cultivo espontaneo.
Es esencial conocer las diferencias.
Somos un cultivo espontaneo
como la cizaña, pero elegido:
Seguro que alguien nos eligió
para que podamos elegir.
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