(Aparicio Custom)
Somos una especie nueva,
en plena transición:
Todavía no llegamos ni
a la mitad de lo que podemos
llegar a ser.
Somos una especie joven,
dinámica y emprendedora,
que tiene todo por ganar:
Estamos aún en formación,
somos una subespecie nueva
de primates parlantes, productivos
y voraces que en su breve historia
ya ha dado sobradas muestras de
su potencial incalculable.
Podemos no tener techo, pero sin
duda somos los elegidos:
No sólo somos los únicos en producir
conocimiento útil entre todos los seres
animados, sino que en este humilde
segmento de tiempo ocupado, no sólo
conquistamos el mundo, sino que ya
hemos acumulado suficientes méritos
para aspirar a más.
Somos una subespecie novedosa,
cargada de futuro: anunciamos algo nuevo:
La experiencia acumulada en pocos siglos
tiene un valor incalculable, que aún no
acabamos de capitalizar.
Nunca hubo otros capaces de organizarse
como lo hacemos, y producir futuro:
Somos el rebaño elegido
y estamos llamados a transformarlo todo.
Sólo criaturas muy superiores podrían
alterar el Orden Natural, crear objetos,
producir valor, intercambiarlo e inventar
la agregación de valor, y rozar la perfección
en la creación abstracta que representa el
impuesto al valor agregado, que se traslada
en forma sucesiva hasta llegar al consumidor
final: ese infeliz que nada agrega y debe
pagar por eso.
¿Qué más perfecto y justo que el castigo
a los inútiles?
La selección natural se encargará de ellos,
es verdad, pero hasta tanto las autoridades
no pueden permanecer indiferentes.
Somos un colectivo nuevo, que siempre
mostró voluntad de progreso, vocación
de cambio, y no para de crecer.
Creemos en el crecimiento indefinido
y en la expansión sin término de nuestros
valores superiores.
No es poco lo que conseguimos, apenas
en un periquete de tiempo cósmico.
Y, como valor agregado, también
inventamos el amor, cuyo patrimonio
legaremos al mundo futuro.
¿Cómo no sentir el legítimo orgullo
de sabernos el rebaño elegido?
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