(Periferio Gómara)
Bajo la sombra de mi árbol de levas
a la cabeza despuntó una ágil zarigüeya,
joven, dinámica y emprendedora.
Adiós, preciosa… Le solté con empatía.
¿Te gusto?
Vos no sos zarigüeyo ni zarigüeya:
Rescatate; no me interesa la zoofilia
y además soy macho, pelotudo...
Yo que vos haría un curso para aprender
a autopercibirme. No sé, vos fijate...
Si no te da el cuero haceme un poema
y está todo bien, campeón.
(Y así, entre los dos nació este poema,
este pobre poema de amor...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario